Desde ayer a la mañana un grupo de trabajadores municipales trabaja en la preparación de la fachada del Cementerio de la Misericordia para ser pintarla.
Los preparativos de la fachada se hacen lavando las paredes con una hidrolavadora y rasqueteando la vieja pintura. Según lo que nos dijeron los trabajadores se mantendrán los colores verdes y blancos que son característicos de la gestión de Miguel Olivieri.
También en el interior del campo santo personal de Alumbrado Público trabaja para restablecer el servicio de energía eléctrica que fue afectado por las últimas tormentas.
Por otro lado una cuadrilla de municipales trabajaba en el seccionamiento de un árbol centenario que cayó con el tornado y cuyo tronco de dimensiones extraordinarias quedó sobre los nichos ubicados sobre calle Pellegrini. Las vigas del árbol caído fueron cortadas con motosierra en trozos pequeños aunque de igual manera eran peligrosos de manejar.
Gracias a la destreza de los trabajadores se logró seccionar el árbol para sacarlo de esa incómoda posición donde había quedado. El árbol en cuestión era uno de los dos colosos que se encontraban en el sector destinado a los fallecidos de origen europeo, entre los que se destacan Samuel W. Róbinson y su esposa Ana María cuya lápida quedó bastante deteriorada.
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