El fiscal Alberto Nisman murió el 18 de enero sin saber que la Prefectura había designado una custodia secreta para seguir sus pasos. La sospecha fue planteada por Juan Pablo Vigliero, abogado de Sandra Arroyo Salgado, en virtud a los testimonios de los adicionales que cumplían funciones en Le Parc.
Prefectura saliendo de Le Parc. Crédito: NA |
El
fallecido titular de la UFI-AMIA sabía que lo protegían custodios de la
Policía Federal, seguridad privada del edificio de Puerto Madero en el
cual residía y dos adicionales de Prefectura Naval contratados
por Le Parc. En la causa judicial por su muerte, que encabeza Viviana
Fein, hay indicios de que también era seguido por una suerte de guardia
paralela.
La presencia de este grupo de prefectos, a los que
llaman consigna, surgió en varios testimonios. Miguel Ángel Gómez,
marinero afectado a Puerto Madero desde principios de 2014, admitió
haber trabajado en el edificio en el que murió Nisman el sábado 17 de
enero, entre las 7 y las 19.
Ese día advirtió la presencia de
un efectivo que integra la brigada de inteligencia del destacamento
Puerto Madero de la Prefectura Naval Argentina, sentado en un banco del
boulevard que se encuentra frente al complejo de edificios. Estaba
vestido de civil, pero no recordaba su nombre, aseguró.
Rubén
Álvarez, prefecto que hacía adicionales en Le Parc durante sus días
francos, también reconoció la presencia de una consigna secreta. "En
noviembre de 2014, esa consigna pasó a cubrir la vía pública, dejó de
estar adentro. Desconozco qué orden hubo. Pasaron a estar en la calle,
en la vereda de enfrente. En la actualidad cumplen la misma función",
declaró. Álvarez cree que estos efectivos fueron asignados por el
Ministerio de Seguridad para informar "cuando ingresaba y cuándo se
retiraba el doctor".
José de Jesús Ramírez, cabo segundo de la Prefectura, reveló además
que la fuerza inició un sumario administrativo tras la muerte de Nisman
para determinar la calidad de la actuación del personal asignado a
custodiar la zona.
El abogado de Arroyo Salgado sospecha que Nisman era seguido desde abril de 2014 por tres prefectos que se turnaban en rangos de ocho horas para mantener "cubierto el objetivo todo el día".
Los
espías de Prefectura de Puerto Madero son conocidos como "orejas de
goma". Son 350 y están entrenados especialmente para detectar
cargamentos ocultos de droga. El libro Espiados del periodista Claudio
Savoia relata cómo suelen patrullar a pie las calles de uno de los
barrios de mayor poder adquisitivo de la Capital. Los efectivos tienen
una parada estratégica en la que paran para cambiar baterías de sus
celulares y equipos de comunicación.
Su vigilancia sobre Le
Parc no está suspendida: hay quienes dicen que cada vez que Fein fue a
la torre a retirar pruebas, una camioneta blanca con "orejas" equipados
con aparatos modernos de escuchas registraron sus diálogos.
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