Su nombre bien podría quedar grabado con moldes de oro, pero no. Seguramente no será recordada como una de las mejores. Si fuese por su valentía, por su honorabilidad, y en todo caso por su dignidad absoluta, hasta merecería una estatua.
Margarita Celes Direct. Escuela nº 107 |
Pero no será así… la Directora de la Escuela 107, en Ituzaingó, osó con
quejarse en público, o lo que es más: su sinceridad absoluta, y su
probada decencia, chocó contra la inoperancia comprobada del Gobierno
Provincial en materia de infraestructura escolar.
No tuvo miedo.
Ni se conmovió ante la mirada casi amenazante del Gobernador, que
observaba incrédulo cómo le decían en la cara lo que no quería escuchar.
Los
portales producidos por Gestión Estratégica SRL publicaron en detalle
(con el audio original) lo que la Directora le dijo al Gobernador
directamente a la cara, cuando en Ituzaingó el Gobierno fue a inaugurar
con bombos y platillos, algunas carreras terciarias.
Pero poco y nada
repercutió en los medios. Será por eso mismo de la falta de aquello
masculino que sí le sobra, evidentemente, a esta honorable maestra.
Y repetimos frases, para recordarlo:
“La edificación tiene fisuras importantes, y tenemos que ser responsables. Acá vienen más de 500 personas adultas a la noche, y debajo de la escalera hay fisuras importantes… todo lo que sea metálico se está deteriorando. Por eso aprovecho, señor Gobernador, para comprometerlo para levantar y mantener el edificio”, dijo la mujer.
También
agregó: “todos necesitamos tener un lugar digno donde estudiar.
Necesitamos el compromiso de las autoridades antes que nuestra
institución entre en terapia intensiva como otras instituciones de la
localidad”
“Somos soñadores… como educadores somos soñadores… ¿no
señor Gobernador?...”, le preguntó la docente buscando una mueca
afirmativa… “más o menos… me responde… bueno”, se respondió la señora
Celes, en un diálogo tenso con su interlocutor más importante que ya no
podía seguir escuchando tanta irreverencia.
“Me parece que ya no
le está gustando lo que estoy diciendo… pero ya estoy terminando”, dijo
la docente… ya en un clima más que tenso.
Le sobraron ovarios. Y debería enorgullecernos, más allá que muchos intentarán tapar su voz.
Es
necesario, y hasta obligatorio, que reconozcamos su plena
honorabilidad. Y como ella debe haber muchas, que deben callar sólo por
obligación.
Mis sinceros respetos y admiración a la maestra que no le tuvo miedo al poder. Y le enrostró en la cara lo que muchos callan.
Daniel Caram
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