La mujer dice que "vive un calvario". Además, dijo que no puede volver a trabajar por el botón antipánico.
"Por momentos se calmaba, pero luego volvía a ser violento", relató en comunicación con Radio Dos sobre las situaciones que le tocaba padecer cuando estaba en pareja con el condenado.
El Tribunal Penal de Goya condenó a Julio Monje a un año y medio de prisión por haber ejercido violencia de género contra su expareja, Esther Mosqueda.
En diálogo con Radio Dos, Esther contó que ella lo denunció en 30 ocasiones a Monje, por violencia de género.
"La Justicia de alguna manera resuelve esto a mi favor condenándolo, pero también dejó de lado muchos padecimientos que sigo sufriendo", expresó la víctima.
Luego, contó que ella vive a 350 metros de la casa del condenado y que cuando él sale de su domicilio, por la noche, no puede dormir porque le suena en todo momento la tobillera electrónica.
Esta situación dijo que la padece desde marzo último.
“El botón antipánico no me deja vivir ni trabajar", denunció.
Continuando con su relato comentó que la relación entre ambos comenzó hace 13 años y que los episodios de violencia se iniciaron cuando nació la primera hija de 12 años que tienen en común.
"Fue de a poco siendo violento. Por momento se calmaba, pero luego volvía a ser violento.
Nunca fue tan física, era ese que te golpeaba un ‘moretoncito’, pero después te hacía la vida imposible las 24 horas".
"A la vez te va cerrando el círculo, porque te vas quedando sin trabajo, amigos, sin nada, y encerrada en un lugar dependiendo solamente de lo que él pueda llegar a darte él", describió Mosqueda sobre lo que le tocaba atravesar cuando convivía con Monje.
"Igual resistí hasta lo último, porque vendía comida y él la repartía.
Pero ahora estando sola no lo puedo hacer, porque no puedo cocinar y repartir y andar con la tobillera por toda la ciudad", agregó.
Y aseguró que sigue "viviendo un calvario".
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