Amenazaron a otra víctima de los rugbiers: había denunciado a Lucas Pertossi en diciembre

Pablo Gastón Zapata fue atacado dos veces por el grupo de rugbiers en diciembre y ahora recibe amenazas. La violencia no cesa en la localidad de Zárate. 


Pablo Gastón Zapata tiene 35 años y fue atacado por el grupo de rugbiers en dos oportunidades previas al crimen de Fernando Báez Sosa. 

El primer ataque tuvo lugar el 10 de diciembre y el segundo apenas cinco días después. 

Ahora, Zapata denunció que recibe amenazas constantes tras haber denunciado a Lucas Pertossi como uno de sus agresores. 

“El diez de diciembre estábamos tomando algo en un bar y uno de mis amigos cruzó palabra con Fabricio Pérez, que es chico que viaja (a Gesell) el 17 de enero a la noche y llega a la mañana, después del hecho de Fernando, y los rugbiers le avisan que se vuelva porque ‘había problemas’”, relató Zapata en diálogo con Minuto a minuto, por C5N. 

En esa pelea se vieron involucrados Blass Cinalli y Juan Pedro Guarino, ambos detenidos en el penal de Dolores por el crimen de Fernando. 

Según relató Zapata, esa noche lo “corrieron y patearon entre seis”. 

Cinco días después, el 15 de diciembre, Zapata llegó a la casa de su abuela en la moto de un amigo y se encontró con un grupo de personas sentadas en una escalera. 

Entre ellos estaba Pérez junto a siete jóvenes más. 

“Uno de ellos era Lucas Pertossi, que lo conocí cuando hablé con la mamá de Fabricio”. 

“Cuando bajé el primer escalón Pertossi me metió un zurdazo en el ojo que casi me arranca la cabeza. Cuando salté para atrás me caí y me hice una fractura de platillo tibial. Pertossi me corrió con piedras y me robó la moto”, relató Zapata tal cual denunció ese mismo día en la comisaría después de ir al hospital. 

Hace 45 días que está enyesado y aún no obtuvo respuestas por parte de la fiscalía. 

Desde aquella denuncia, las amenazas por parte de familiares de Pertossi son constantes: “Ayer salí para cortarme el pelo a dos cuadras de casa, pasó un auto gris, que no pude ver la marca, con un grupo de cuatro o cinco personas y me gritaron ‘ya te vamos a agarrar”

“Tienen a los familiares detenidos y no reaccionan, quieren seguir siendo partícipe de esta especie de hechos sanguinarios, no encuentro palabras para describirlo”, expresó Zapata. 

“Todavía estoy en muletas, trato de no estar mucho en la calle. Tengo miedo porque siempre andan más de cinco, nunca andan solos. Atacan en patota, así se manejan ellos desde hace mucho tiempo”.

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