Los que mueren injustamente, sufren dos tipos de muertes; la física o existencial y la colectiva o social, que se produce cuando el olvido termina de matar la memoria y recuerdo de nuestros vecinos.
Por eso desde nuestro lugar, queremos rendir nuestro humilde tributo a Rosa Benavídez y a sus cuatro hijos asesinados salvajemente.
Las crónicas de los periódicos indicaban que una precaria vivienda ubicada sobre calle Timboy, de nuestra ciudad, se había incendiado dejando a Rosa Benavídez y sus cuatro gurises como víctimas del siniestro.
Pero el rápido accionar de los Bomberos y la Policía, dejó en evidencia que el fuego solo fue un modo de ocultar un hecho atroz, de violencia y de muerte.
Ramírez de 30 años, pareja de Rosa, había asesinado a toda su familia a golpes, incendió la casa donde vivía con su mujer y cuatro chicos y luego huyó hacia Uruguay, adonde finalmente fue detenido.
El quíntuple homicidio se produjo en la madrugada del 23 de noviembre del 2000, cuando Ramón Oscar Ramírez de 30 años, mató a su hija de 3 y a los hijos de su esposa y luego le prendió fuego a la vivienda precaria que habitaban en calle Timboy, entre Buenos Aires y Pellegrini.
Las víctimas fueron identificadas como Rosa Isabel Benavídez, de 29 años; Laura Gisel Ramírez de 3; Gabriela Isabel Benavídez de 6; Luciana Beatríz Retamar de 8; y Carlos Benavídez de 12.
El hecho causó gran conmoción en la ciudad, según comentó a Télam, por aquel entonces, el intendente de Monte Caseros, Eduardo Galantini, ya que la mujer "era una permanente colaboradora de un programa de labores comunitarias que funciona hace tiempo y era muy querida por todo el barrio".
Ramírez no tenía trabajo fijo y vivía de las changas que conseguía, sobre todo trasladando con un bote pasajeros entre la ciudad de Monte Caseros y la vecina localidad de Bella Unión, en la República Oriental del Uruguay.
Precisamente, a esa ciudad uruguaya huyó Ramírez tras el quíntuple asesinato, pero fue detenido por la policía, con la colaboración de Prefectura Naval Argentina y de las autoridades uruguayas.
Hoy, luego de 19 años de este inolvidable y trágico suceso, algunas cosas fueron cambiando de modo lento y cansino.
La fuerza que a nivel nacional impuso el Colectivo #Ni Una Menos, los reclamos sociales, la visibilización de la violencia de género, como delito penal con duras condenas para los agresores, hizo que las instituciones de la democracia se adecuen a un necesario cambio de paradigma.
Sin dudas todavía falta mucho por avanzar, estamos a tres jornadas de conmemorar el Día Internacional Contra la Violencia de Género, el próximo 25 de noviembre y seguramente en nuestra memoria colectiva estarán presentes como siempre, Rosa, Laura, Gabriela, Luciana y Carlos.
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