Los pandilleros del asentamiento denominado San Ramón Sur cada vez están más hostiles y más audaces.
Desde hace varias semanas venimos sufriendo el acoso permanente de estos delincuentes que acechan nuestra vivienda y la de los vecinos de bien, para amedrentarnos y no permitir que tengamos la paz que todo individuo necesita para desarrollar sus actividades.
Como habrán notado nuestros lectores habituales, nuestra página ha menguado considerablemente el nivel de carga de noticias locales; esto se debe a que estamos casi todo el tiempo asediados por un grupo de personas que cada vez crece más, (Comenzaron siendo 5 o 10, ahora el grupo es de 25 o 30 aproximadamente) no permitiéndonos retomar nuestras actividades cotidianas y restringiendo nuestra capacidad de movimiento
Si bien no todos los que allí se reunen son agresivos, de todos modos intimidan por el número, y por los comportamientos libertinos que los mismos tienen a la vista de todos.
El caso ya fue denunciado mediáticamente por Infomontecaseros y algunas acciones se tomaron respecto del tema, pero evidentemente todo ese esfuerzo resultó estéril debido a que hoy a plena luz del día, otra vez, los inadaptados vuelven a molestarnos con amenazas y piedrazos.
En principio el hecho parecía de poca monta un gomerazo a cierta distancia cuando paseaba al perro de la familia en un sector descampado.
Sabiendo de los autores del ataque, intenté alertar al padre del sujeto y sus amigos que estaban provocando y amedrentando, casi como todas las noches, pero esta vez de día.
Al plantearle al mayor adulto sobre el comportamiento de su hijo y sus amigos sobre el asunto, éste borracho como una cuba a las 8,30 de la mañana malinterpretó las cosas y se sumó a la agresión de los jóvenes.
Más tarde los energúmenos envalentonados con la postura de quien debía poner coto al tema comenzaron a agredirnos verbal y físicamente sin lograr su segundo cometido. Pero además de proferir palabras ofensivas y denigrantes al resto de mi familia amenazaron con incendiarnos la casa.
Al dar intervención a la Comisaría 1° una patrulla con tres agentes bajó inmediatamente a casa, ubicada en calle Entre Ríos al fondo para poner bajo resguardo a mi familia.
Mientras tanto mi compañera Laura, decidió radicar una denuncia formal contra éstos inadaptados que intentan formar un "Ghetto" con sus propias normas y cultura, a contramano de la civilización.
El esfuerzo del COEM, la policía departamental y de los vecinos que denunciamos a riesgo de ser agredidos, cae en saco roto si no se toma una medida de alcance abarcativo sobre está problemática social de forma urgente.
Ya no hay más tiempo, estamos al borde de una tragedia dado que las posturas son tan antagónicas como intransigentes; si las instituciones políticas y judiciales no toman cartas en el asunto este tema va a desbordar en cualquier momento y para mal de todos.
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