Hoy, 24 de marzo, se recuerda en Argentina una fecha funesta para su historia: el 24 de marzo de 1976. Lo que vamos a hacer aquí es memoria. Recordar qué fue lo que sucedió, lo que le quitó y lo que dejó la Dictadura militar más sangrienta de la historia argentina.
El 24 de marzo de 1976 las fuerzas armadas depusieron al gobierno de María Estela Martínez de Perón e instalaron en su lugar un gobierno de facto conocido como la junta militar, que era gobernada por los comandantes de las tres fuerzas armadas: Jorge R. Videla (Ejército), Emilio E. Massera (Armada) y Orlando R. Agosti (Fuerza Aérea).
¿Por qué ocurrió esto? Son muchas las razones, pero la excusa de los militares fue que el país estaba viviendo una violencia creciente entre las facciones de izquierda y derecha del movimiento peronista, más la violencia de los guerrilleros Montoneros y ERP.
Esto fue verdad, pero no fue la verdadera razón.
Así, nomás llegar al poder. La junta militar inició el Proceso de Reorganización Nacional, que consistía en una ofensiva militar contra la guerrilla. Una continuación extrema de lo que ya venía haciendo la presidenta Martínez de Perón. Pero esta vez, fue una guerra, una guerra sucia, avalada e incluso fomentada por el gobierno de Estados Unidos, que veía con ojos trémulos la posible aparición de un régimen comunista en estas tierras.
Así fue que el gobierno militar persiguió, detuvo, interrogó, torturó y ejecutó a 30 mil personas. Algunos eran guerrilleros, otros colaboradores, otros tan sólo estaban contra el golpe, y otros tantos eran simples civiles que no tenían relación alguna con la guerrilla.
Se establecieron centros clandestinos de detención, a donde llevaban a esta gente, que eran luego caratulados como “desaparecidos”, gran cantidad de ellos fueron asesinados y enterrados en fosas comunes o arrojados al mar en aviones de las fuerzas armadas.
Los ideólogos del Proceso, justificaron este accionar fuera de la ley diciendo que el orden democrático no servía para restablecer la paz.
Se disolvió al Congreso, se estableció la pena de muerte para los subversivos, se suspendieron las libertades ciudadanas, se removió a la Corte Suprema de Justicia, se intervinieron los sindicatos obreros y las universidades, se proscribieron las actividades partidarias, y se creó un órgano de censura para todo tipo de medios de comunicación. Este fue el Proceso de Reorganización.
No se sabe con exactitud la cantidad de desaparecidos durante esos siete años de dictadura, pero los organismos de derechos humanos cuentan 30 mil desaparecidos, entre los que se cuentan unos 500 niños, que eran adoptados ilegalmente luego de nacer en los centros de detención.
Para 1982 el gobierno militar ya no tenía ningún tipo de apoyo de nadie, ni de dentro, ni de fuera. La gente que había estado mirando al costado, comenzó a protestar, y las presiones internacionales también eran fuertes.
Por esa razón la junta buscó legitimarse en el poder con una guerra absurda. Invadieron las Islas Malvinas, que estaban en poder de los ingleses desde que las ocuparan en 1833. Este fue el fin de la dictadura, ya que se enfrentaron a una derrota catastrófica, en una guerra a la que no fueron preparados, adonde enviaron a jóvenes sin instrucción, con elementos en mal estado.
El 30 de octubre de 1983 se llama a elecciones, y el 10 de diciembre volvió la democracia a la Argentina, que hoy seguimos disfrutando. Pero nunca hay que olvidar lo que sucedió el 24 de marzo de 1976, para que esto no vuelva a ocurrir Nunca Más.
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