Luego de los momentos de tensión que se vivieron en la villa militar, vecinos, municipio y ejército parecen ponerse de acuerdo en algunos puntos básicos, que mejore la libertad de tránsito de los pobladores.
Se sabe que los jefes militares responden a ordenes de superiores que ellos deben acatar a rajatabla y aunque a veces comprendan los reclamos de los civiles, angustiados por la falta de respuestas satisfactorias, ellos tiene el deber y la subordinación que los obliga a realizar las tareas que les mandan sus jefes.
Como queda claro en el audio, que les presentamos a continuación, ordenes son ordenes y hay que cumplirlas; así se maneja el universo militar acá y en la China. Pero también hay que contar, que los uniformados siempre estuvieron atentos a las requisitorias del gobierno municipal, y claro, su jefe civil el intendente Olivieri.
Aquí no hay una cuestión de intransigencia militar para dejar a los vecinos de barrio Ceibo librados a su suerte, al contrario, se están viendo cuales son las mejores medidas que hay que tomar para que los grupos puedan quedar satisfechos y trabajar en conjunto con voluntad solidaria. Pero el diablo siempre mete la cola y lo que para los vecinos fue una solución razonable, para los militares fue una afrenta difícil de digerir por más que se tenga en cuenta el contexto.
No hubiese querido estar en los borcegos del Tte. Cnel. Diez y sus superiores cuando llegaron los primeros llamados telefónicos desde los altos mandos, reclamando los hechos realizados por los vecinos en territorio militar, imagino que habrá sido muy duro tener que explicar esa situación.
De todos modos las cosas se fueron concatenando de esta manera porque los vecinos necesitan respuestas rápidas de los responsables del gobierno, ya sea municipal, provincial o nacional, y lo que aquí queda claro es que las respuestas no llegaron a tiempo o no fueron suficientemente satisfactorias.
Se podrá decir que a veces hay que esperar a que las cosas se ordenen un poco para que la ayuda baje y sea eficiente, pero los vecinos del Ceibo están realizando los pedidos de obras, desde hace décadas y nadie les da respuestas o ensayan alguna que otra, que en lugar de mejorar la situación, la empeora.
El ejército quedó en medio de todo este balurdo, porque las respuestas que tenía que dar la política, fueron insuficiente o extemporáneas y como se dice vulgarmente se comieron un garrón. Ahora hay que bajar los decibéles y pensar que a lo mejor la solución para todo, está más cerca que hace tres días, que hay promesas y habrá que esperar, se cumplan.
Audio: Vecinos, funcionarios y militares
Mensajes Gmail
Mensajes Facebook