Leishmaniasis: estudios sugieren riesgo de transmisión todo el año en Corrientes

Un estudio ecoepidemiológico de Leishmaniasis en la ciudad de Corrientes constató el riesgo de transmisión todo el año. Recuerdan la importancia del saneamiento ambiental y la tenencia responsable de las mascotas.


El estudio fue realizado por investigadores de la asignatura Biología de los Parásitos, Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias Exactas, y Naturales y Agrimensura de la UNNE, con el objetivo de identificar los insectos vectores y potenciales reservorios sinantrópicos de Leishmaniasis Tegumentaria y Leishmaniasis Visceral en la ciudad de Corrientes.

Además se buscó determinar las variables culturales, ambientales y climáticas que favorecen la abundancia de los mismos, a fin de caracterizar el ciclo de transmisión y los escenarios de riesgo.
 
En la provincia de Corrientes existe transmisión activa de Leishmaniasis Visceral (LV). Los casos humanos y reservorios caninos notificados con Leishmaniasis Visceral en el departamento Capital y la presencia del vector Lutzomyia longipalpis confirmada en estudios transversales motivaron a iniciar una investigación para conocer la distribución espacial y temporal de la población de flebótomos en forma extensiva.
 
El estudio ecoepidemiológico fue dirigido por la doctora Elena Beatriz Oscherov, investigadora de la UNNE, y se realizó en coordinación con la Red de Investigación de Leishmaniasis en Argentina (REDILA) y con el apoyo logístico de la Municipalidad de la ciudad de Corrientes.
Oscherov señaló que este tipo de estudio permite determinar el riesgo epidemiológico y optimizar la efectividad de las estrategias de prevención y control.
En la investigación realizada por la UNNE, las capturas de flebótomos se realizaron mensualmente desde marzo de 2013 a julio de 2015, en tres sectores de la ciudad: zona periurbana-rural (ENU), intermedia (EPU) y urbana céntrica (EU).
 
En cada uno de los sectores se seleccionaron viviendas habitadas con características ambientales adecuadas para el desarrollo de flebótomos (“peor escenario”), donde se colocaron minitrampas de luz durante 14 horas de permanencia.
Asimismo, en diciembre de 2013 se llevó a cabo un “rastrillaje entomológico”, con la colocación de trampas en el ejido urbano durante tres días consecutivos, instaladas en peridomicilios.

En todos los casos los sitios fueron georeferenciados, registrándose la temperatura y humedad relativa (máxima y mínima) puntual, explicaron los investigadores.

Resultados. Hasta el momento se capturaron: Lu. longipalpis, Nyssomyia neivai, Migonemyia migonei, hembras del complejo Evandromyia cortelezzii y Micropygomia quinquefer.
 
La mayor abundancia total se registró en abril, con temperatura promedio de 21,3ºC, y la menor en agosto con temperatura promedio de 17,0ºC. En todos los muestreos se capturó Lu. longipalpis con predominio en abril y mayo (otoño) y en menor número en los meses de invierno (junio y agosto). La recuperación de la población de flebótomos comienza en septiembre (inicio de la primavera).
Lu. longipalpis predomina en los tres ambientes. Mientras que en zona periurbana rural se encuentra la mayor abundancia de Ny. neivai, y cabe destacar que Ny. neivai también fue más abundante en otoño. Mg. migonei se registró en otoño y primavera en zona periurbana rural y en la zona intermedia, pero por su escaso número se puede considerar como una especie ocasional.

Qué dicen estos Resultados. Sobre estos resultados, la doctora Oscherov explicó que la presencia extendida, en la zona urbana de la ciudad de Corrientes, de Lu. longipalpis, vector primario de Leishmania infantum (L. chagasi), y la presencia ocasional de su vector putativo Mg. migonei, junto a la notificación de casos humanos y caninos autóctonos de LV, sugieren un riesgo de transmisión todo el año.
 
El riesgo de transmisión es heterogéneo en el espacio y el tiempo, menor en invierno aunque en esa estación puede aumentar la incidencia dado el pico de vectores en otoño y el tiempo de incubación intrínseca del parásito.
 
Señaló que los estudios demuestran la importancia de conocer la “biodinámica” de los flebótomos en estudios extensivos, para contribuir a la efectividad de las estrategias de control y la vigilancia epidemiológica.
 
“Adquiere relevancia el saneamiento ambiental y la tenencia responsable de las mascotas como forma de evitar el desarrollo del vector y propagación de la leishmaniasis” remarcó Oscherov, quien destacó la tarea del equipo a cargo del estudio que estuvo conformado por la licenciada Analía Araujo (Becaria UNNE-CONICET y de REDILA), el licenciado Pablo Berrozpe (INMeT- MINISTERIO DE SALUD DE LA NACIÓN/ REDILA/ CONICET) y Paola Benítez (estudiante de la Lic. en Cs. Biológicas).

LEISHMANIASIS VISCERAL. En el mundo hay aproximadamente 500.000 casos nuevos por año de leishmaniasis visceral y más de 50.000 muertes por año por esta enfermedad. Los perros infectados con o sin manifestaciones clínicas son el principal reservorio urbano y transmisor de la enfermedad al humano.
 
Las altas tasas reproductivas en la población de perros y el creciente abandono de éstos, junto a la adaptación al ámbito urbano y dispersión del vector, han contribuido a que, en los últimos años, su incidencia, letalidad y dispersión geográfica en Argentina haya aumentado de manera preocupante y se observe un cambio en la epidemiología de la enfermedad que se ha instalado en áreas urbanas y peri-urbanas.
 
En Argentina el mayor número de casos de leishmaniasis visceral, se ha registrado en la provincia de Misiones., también se han registrado casos en las provincias de Corrientes, y Santiago del Estero, y en Formosa casos caninos autóctonos.

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