La movida del gobierno de Miguel Olivieri del último viernes, provocó un cimbronazo en el ámbito político, sobre todo en aquellos, cuyos partidarios sufrieron la medida de manera directa.
Se sabe que los despidos siempre tienen mala prensa, porque representa una imagen de injusticia y dolor en aquellos que lo sufren, por ende no es difícil hacer causa común con los desdichados, que generalmente son los eslabones más débiles de una cadena muy larga.
Con los hechos a la vista y más allá de como se puedan resolver estas cuestiones, lo interesante a mi entender es cual va a ser el comportamiento de los distintos dirigentes del peronismo aliancista local acerca de la medida, por demás odiosa, que tomó el Ejecutivo municipal.
El primero que esbozó públicamente un repudio a los despidos fue el vice intendente Agustín Meza, que paradójicamente forma parte de la alianza gobernante y además tiene representación dentro del peronismo opositor, porque se lo vio en alguna conferencia de prensa partidaria, sentado a la siniestra del presidente del partido Justicialista.
El tema es que Meza es parte integrante del gobierno de Olivieri e incluso sufrió la baja de algunos de sus colaboradores que fueron borrados de los contratos laborales. Los socios que derrotaron al peronismo en las elecciones a intendente de 2013, nunca estuvieron en buena sintonía pero ahora la cuestión pasó a mayores. Será que desde el Ejecutivo esperan que Meza renuncie?.
Pero como esa relación siempre fue conflictiva, podríamos dejarla a un lado por ahora y analizar o intentar hacerlo con el resto de los "Compañeros" aliados a la gestión de Olivieri, que luego de las elecciones para Concejales lograron cierta cuota de poder real (léase, Nino-Saúl-Martini-Suárez) que los puso indefectiblemente a la palestra y habrá que observar que dicen, que hacen y que no hacen, frente a los acontecimientos, sobre todo por eso de "para un peronista, no hay nada mejor que otro peronista".
El peronismo como movimiento nacional siempre fue el fiel defensor de los trabajadores, o por lo menos lo era, y en situaciones como las que describimos no sería demasiado descabellado pensar que tal vez la jugada de los radicales "limpiando" a los contratados de extracción justicialista, termine haciendo que aquellos dirigentes que hasta el jueves pasado tenían cierto prurito para juntarse, resuelvan dejar sus diferencias de lado y mancomunen esfuerzos para hacer una oposición mas sólida al gobierno radical.
Estará todo arreglado? Ya se habrán repartido las ropas del difunto? o sólo es una jugada de los radicales para medir que tan leales son los aliados peronistas, a los que dejaron subir al carro ganador?. El tiempo seguramente aclarará el panorama, por lo pronto algunos trabajadores apelarán la medida gubernamental interponiendo un recurso legal, para intentar lograr volver a su fuentes de trabajo. Ayer la oficina del Dr. Repetto fue un continuo desfilar de despedidos, que mañana presentarán un escrito donde se pide explicaciones al gobierno y que revea la medida.
Sabido es que el peronismo local está bastante fragmentado y que la dirigencia no logra contener a todos los referentes pero algunos ya se animan a afirmar que "es preferible el peor de los peronistas en el gobierno, que el mejor de los radicales" y ese es un mensaje claro hacia la unidad partidaria, aunque los sapos que haya que tragarse sean viejos y altaneros.
Pablo Lugo.
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