Fernanda Russo tiene una fecha grabada a fuego: 11 de agosto de 2010. Ese día, en La Rioja, su papá la llevó por primera vez a un polígono de tiro, y desde entonces nunca dejó de ir.
Ella “sentía que iba a ser algo grande” en su vida, y no se equivocó. Con apenas 15 años, el lunes ganó la medalla de plata de tiro en 10m rifle de aire en los Juegos Panamericanos de Toronto y se clasificó a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
Fernanda nació en Córdoba, pero desde los seis meses vive en La Rioja.
Es la más joven de la delegación argentina y ayer emocionó a todos en
Cookstown, una localidad a 97 kilómetros de Toronto, donde se disputa
esta disciplina.
Se metió en la final y, una a una, fue despachando a sus
competidoras. Primero se aseguró la medalla de bronce; pero cuando
accedió a la definición por el oro el equipo argentino explotó de
emoción. “Se aseguró la plaza para Río. Es una genia. Vamos ‘Fer’”, gritaba el cordobés Valentín Cabrera, que todavía no podía digerir haber sido eliminado de la final masculina.
La argentina entró a la final por el oro con 1/10 de ventaja sobre la
mejicana Goretti Zumaya, pero en el primer disparo el marcador indicó
9.8 puntos para Fernanda y 10.2 para su rival.
La emoción se
acrecentaba. Los aplausos del público se aceleraban. Ella, adentro, sólo
pensaba en hacer su mejor disparo. Zumaya repitió el 10.2 en el segundo
y Russo sumó 10.4. El oro, finalmente, fue para la mejicana, pero nada
pudo opacar la alegría que vivía el equipo argentino.
Fernanda dejó su rifle y abrazó al director técnico del equipo
argentino, Ariel Martínez, que no pudo contener las lágrimas. A sus
espaldas, la delegación argentina se extendía incluso más allá de su
deporte.
Daniel Jacubovich, director general del Enard, también lloraba
de emoción.
Pero Fernanda no tenía lugar para las lágrimas. Lo de ella era una
sonrisa eterna, genuina, que le nacía desde lo más profundo del corazón.
A las lágrimas las había “gastado” todas en la noche previa,
cuando fue a saludar al cordobés Cabrera y desearle éxitos para su
actuación de ayer. Entonces, se quebró. “Me empecé a poner nerviosa. Sentía que no estaba a la altura de este torneo”, confesó la también cordobesa, a las que sus amigas le dicen “intento de riojana y cordobesa adoptada”.
Pero ayer se despertó con otro ánimo. “Me levanté con otra cabeza,
con todas las ganas de disfrutarlo y por suerte se dio”, admite
Fernanda.
Russo apostó todo por el tiro. Tenía su fiesta de 15 organizada, pero
una gira para la clasificación a los Juegos Olímpicos de la Juventud
hizo que cambie de parecer. “Había que renovar equipos y una serie de
cosas que implicaban muchos gastos. Entonces les pedí a mis viejos que
cancelaran la fiesta.
La cambié por el tiro”, contó. Pero cuando volvió
de Nanjing su mamá le dijo que sus 15 se celebraban igual. Ella, por las
dudas, como regalo ya se había traído la medalla de plata olímpica en
equipos mixtos. Y es que Fernanda tiene la receta: “Si uno se plantea
los objetivos, y los cumple a rajatabla, se puede”.
MundoD.
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