NUEVO INTENTO DE CENSURAR EL TRABAJO DE LA PRENSA Y ATACAR A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN MONTE CASEROS.
8-12-23
Desde la Asociación de Periodistas de Corrientes, vemos con preocupación el uso y abuso de las acciones judiciales contra los trabajadores de prensa, en lo que entendemos se trata de una acción indiscriminada por parte de funcionarios públicos y actores políticos locales, para amordazar a los periodistas que difunden información chequeada y concreta, respecto de hechos de corrupción y desmanejos de la cosa pública.
En particular, queremos repudiar el accionar de la concejal electa María Graciela Castañeda de Brommer, quien desconociendo las responsabilidades que le caben desde el momento que se presenta a la vida pública al ser una representante de la ciudadanía, amedrentó al periodista Pablo Marcelo Monzón, con una carta documento pidiéndole el cese en su labor investigadora y de denunciar manejos pocos claros del crecimiento del patrimonio y las maniobras, por lo menos extrañas, para encubrir adquisición de bienes en Monte Caseros y alrededores.
Entendemos que la libertad de expresión es uno de los bienes más preciados que tiene el sistema republicano y sin dudas, respetarla, es una contribución invaluable al fortalecimiento de la democracia, junto a la transparencia en los actos y al respeto de las leyes.
Desde sus inicios el periodismo tiene el rol de contralor a la acción de la política y de los actores que la desarrollan.
Poniendo especial énfasis en brindar a los ciudadanos la información certera respecto de los quehaceres que llevan adelante sus representantes, tanto en el ámbito público como en el privado, ya que deben responder ante quienes los han elegido como sus representantes.
Es su responsabilidad y obligación, ser intachables tanto en su vida pública como privada, sin que se generen dudas en ningún sentido.
Que en los últimos tiempos la calidad institucional y el cuidado de la imagen de los representantes del pueblo haya entrado en crisis, no es culpa del periodismo sino de la impunidad en la que ha ingresado el mundo político, pensando que todo se puede esconder o bastardear.
Es entendible el enojo y las molestias que le genera el trabajo responsable y bienintencionado de los periodistas comprometidos con su comunidad y la verdad, ya que ponen en jaque a aquellos oportunistas y ventajeros que llegan a los espacios de poder con otros intereses que no son los del bien común de la ciudadanía.
Respaldamos el trabajo periodístico serio y comprometido de quienes ponen a la verdad como máxima irrenunciable, y que asumen el rol de contralor de los actores políticos en pos que la política sirva para mejorar la calidad de vida de las comunidades y no la de los particulares.
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