Los peores temores afloran en la memoria colectiva de la clase trabajadora y de los sectores más vulnerables de la economía nacional; los índices de inflación son preocupantes.
Los precios de los alimentos subieron en febrero de 2022 un 7,5% y la expectativa a marzo es aún peor.
Este panorama se complejiza más cuando a simple vista, se ve que la alianza gobernante cruje inexorablemente a la ruptura, por (entre otras cosas) la firma de los acuerdos alcanzados con el FMI.
Si a esto le sumamos un mundo económicamente inestable por la guerra entre Rusia y Ucrania, que hicieron disparar los precios de los commodities en alimentos y energía a cifras siderales, donde además los países productores cierran o suspenden las exportaciones, todo parece propicio para convertirse una tormenta perfecta.
En tanto, Alberto Fernández presidente de la nación, está enfrascado en la falsa dicotomía de gobernar para unos pocos (mil familias dueñas de las tierras más fértiles), o hacerlo en favor de las mayorías populares que lo entronizaron en el poder.
Esto produjo puertas adentro de la alianza gobernante, una fractura por demás evidente y de la cual muchos actores políticos creen que no sanará fácilmente.
No son pocos los operadores y analistas políticos en general, que están viendo cómo el poco capital político de Alberto Fernández se le está diluyendo como consecuencia de su falta de liderazgo.
Se reposicionan los sectores de las economías populares, que desde hace dos años están pidiendo al gobierno nacional, se los incluya de manera más directa con apoyo económico y político en su labor para contener a los sectores vulnerables de la economía.
Del otro lado del mostrador, están los ruralistas que comienzan a abroquelarse, porque entienden que el gobierno va por sus ganancias, aunque todavía no está muy claro ese tema para el Ejecutivo nacional.
"Dan marcha atrás con las retenciones y se meten en un riesgo de default político. Esto lo hace entrar en un momento de debilidad política irreversible". Alejandro Bercovich anoche en Brotes Verdes C5N.
Lo real, lo concreto, es que los ingresos de la masa asalariada vienen cayendo en picada desde que asumió Macri como presidente en 2015.
Alberto no pudo o no quiso, enderezar el barco hacia puerto seguro, y hoy sufre el cuestionamiento de propios y ajenos.
Multitudinarias marchas piqueteras hacia el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, denuncian que “el ajuste por el acuerdo con el FMI ya se está haciendo”.
“Ayer terminamos una ronda de conversaciones con los funcionarios de Desarrollo Social, en la que nos dijeron que nada de lo que acordaron con nosotros en diciembre va a ser concretado”, señaló Cristina Mena, del Movimiento Teresa Rodríguez 12 de abril; éstas se hacen cada vez más frecuentes y masivas.
El descreimiento de la opinión pública, sobre la capacidad del gobierno nacional en mejorar la cuestión económica a corto o mediano plazo, hace pensar que los problemas lejos de solucionarse se podrían profundizar.
Los altos índices de inflación por ahora son un problema político-económico, pero de seguir así, podría convertirse en un gran problema social, con consecuencias drásticas para el país.
Pablo Lugo.
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