“Me cuesta entender qué pasó. Miedo no tengo porque hoy estoy más segura, pero me sigo haciendo preguntas y no sé si tendré respuestas”, expresó a Radio Dos Josefina Echezárraga, periodista de Norte de Corrientes, que denunció un confuso episodio que le tocó vivir en la puerta de un gimnasio ubicado por Brasil casi Yrigoyen.
Autoridades de Seguridad ya se contactaron con la colega y garantizaron que se realizará el control exhaustivo de las cámaras de la zona.
Josefina Echezárraga contó detalles del confuso episodio que le tocó vivir ayer en el gimnasio donde concurre habitualmente (por Brasil, entre Yrigoyen y Junín) en pleno barrio Libertad.
“Mi rutina en el gimnasio es variable por los horarios de mi trabajo (Josefina trabaja en Norte de Corrientes). Ayer a las 4 fui y cuando estaba empezando vi a un hombre en la vereda caminando. Luego se acercó a la puerta, lo llama al entrenador y me dice que me buscan. Fue raro porque conocían mi nombre. El tipo me dice que mi mamá me mandaba a buscar, entonces atiné a una respuesta para salir del paso y le dije que murió”, expresó.
Josefina aclaró: “en ningún momento salí del gimnasio. No pisé la vereda. Lo que sí pude comprobar es que en el auto –que era gris- había otra persona. Él me insiste. Y yo le dije que estaba equivocado. Intercambiamos algunas palabras y luego le dije que no tenía más nada que hablar”.
La colega destacó el accionar policial: “en todo momento me tomaron en serio, y se ocuparon de la situación. No sentí que minimizaron o descreído de la situación”.
“Tengo fresca la imagen de la persona”, aclaró.
Echezárraga destacó: “los policías me acompañaron y vieron el lugar. Se ocuparon de revisar las imágenes de las cámaras”.
“Se continuó el protocolo y eso me dejó tranquila. Algunos chicos del gimnasio fueron a aportar su declaración”, agregó
Josefina reconoció que las autoridades de Seguridad estuvieron siempre en contacto, tal el caso de Osvaldo de los Santos García: “el Subsecretario habló conmigo y quedó a disposición. Me dijo que no es un modus operandi de secuestro porque si querían me podían subir a un auto sin problemas. Los que me conocen saben que soy físicamente chiquita y no les costaría mucho hacerlo”.
“Estoy bien, pero me costó conciliar el sueño”, contó.
“Repasé mis trabajos por si alguno pudo haber molestado a alguien, pero todos los últimos que escribí son de salud. De un tiempo a esta parte me planteé escribir notas que den alegría y no recuerdo haber escrito algo que pueda molestar a alguien”, dijo.
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