El uruguayo Pablo Laurta, el hombre acusado por el doble femicidio en Córdoba y del homicidio del chofer Martín Palacio.
15-10-25
Fue trasladado a una comisaría de la ciudad de Concordia, luego de su paso por los tribunales.
De acuerdo a lo que pudo verificar un cronista de Diario Río Uruguay, a diferencia del amplio operativo policial que marco la llegada a Concordia, el traslado dentro de la ciudad fue hecho con un solo móvil policial.
Más precisamente en el mismo que llegó procedente de Gualeguaychú, donde el acusado había sido detenido el pasado domingo.
Luego de la revisión médica de rutina en la Jefatura Departamental Concordia y de ser recibido por el abogado defensor oficial, Dr. José Luis Legarreta, Laurta debió comparecer ante la fiscal Daniela Montangie.
Audiencia en la que fue imputado por el presunto delito de homicidio criminis causa, lo cual, según el Código Penal se da cuando una persona "mata a otra para preparar, facilitar, cometer, ocultar otro delito o para asegurar sus resultados, o para procurar la impunidad de él o de otro".
Fue tras este periplo, que Laurta volvió a ser cargado en la camioneta que lo trajo a Concordia para que, ya sin la participación de las unidades que escoltaron el arribo a la sede de la Jefatura Departamental de Policía, fuera trasladado hasta una celda de la Comisaría del Menor y la Familia.
Motivos de seguridad
La dependencia policial, ubicada en calle Güemes y La Paz, detrás de la Comisaría Segunda, es la homónima de la que lo retuvo al mencionado Laurta en la ciudad de Gualeguaychú.
Según se explicó a un cronista de Diario Río Uruguay, único medio presente en el lugar, su traslado a ese lugar responde a medidas de seguridad.
Ya que allí no estará en contacto con otros detenidos y se mantiene sobre él una vigilancia permanente para que no intente nada contra sí mismo.
Al momento de la llegada, Laurta ya no tenía el casco con mascara de protección, ni tampoco el chaleco antibalas con el que había llegado desde el sur de la provincia.
Solo estaba esposado y tenía su cabeza cubierta por la gorra de un buzo de algodón.
Otra de las diferencias es que ingresó sin emitir ni una palabra.
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