La fumigación constituye un riesgo para la salud de las personas.
1-5-23
Lo primero que debemos saber es que la contaminación del aire ya está entre nosotros, constituye la presencia en la atmósfera de sustancias que implican un riesgo para la salud de las personas.
Es una mezcla de partículas sólidas y gases en el aire provenientes de las emisiones de los automóviles, compuestos químicos de diversas actividades humanas, quemas de vegetación o basura, el polvo, el polen y las esporas de moho.
La contaminación del aire se relaciona directamente con infecciones respiratorias, las personas comprometidas inmunológicamente son más vulnerables.
Puede provocar una infección respiratoria aguda y severa, crisis de asma y exacerbación o reagudización de la EPOC.
No contamina el aire, pero las secuelas del coronavirus, ataca al cuerpo de distintas formas y niveles de gravedad, pero la mayoría, en el sistema respiratorio, podría aparecer disnea (ahogo o dificultad para respirar), alteraciones pulmonares incluida la fibrosis pulmonar.
No se sabe cuánto pueden durar estos efectos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que el coronavirus puede tener efectos cardiovasculares, y que la contaminación atmosférica es la causa del 25% de muertes por cardiopatías, 34% por accidentes cerebrovasculares, y 36% por cáncer de pulmón.
LA FUMIGACIÓN CON VENENOS NO ES LA SOLUCIÓN
El cambio climático CC también alteró el aire que respiramos, ha cambiado la distribución y la cantidad de polen en las áreas urbanas, altera la distribución espacial y temporal de muchas especies de plantas que producen alergias.
Modificará los períodos y duración de las temporadas con mayores niveles de polen.
Los incendios forestales, olas calor y sequías impactan negativamente el aire con partículas tóxicas afectando poblaciones durante días o meses.
El CC implica aumento de las temperaturas que disparó enfermedades respiratorias como el asma, rinitis alérgica, conjuntivitis y afecciones cutáneas.
La morbilidad y la mortalidad por el calentamiento global afectan a todo el Planeta, pero exacerba las enfermedades existentes, pasando a zonas que no la padecían, así lo dice en su informe el IPCC Comité de Expertos en Clima.
Las enfermedades respiratorias por el aire contaminado y del CC se agravan ahora por la contaminación con fumigantes supuestamente para proteger de los moquitos, pero los venenos que se utilizan son tóxicos para las personas y los ecosistemas.
Por su propia naturaleza de productos químicos volátiles, penetrantes, tienen efectos agudos y crónicos en la salud de las personas.
La fumigación con venenos no es la solución, solo mata a una parte de los vectores adultos, no afecta a larvas, pupas y huevos que permanecen potencialmente intactos, que eclosionan cuando lo permiten las condiciones apropiadas.
El insecticida sólo tiene efecto sobre los insectos cuando entra en contacto con éstos, cuando cae al piso o se evapora no ejerce efecto alguno en los vectores, si contamina el suelo y las fuentes de agua.
DIRECTO AL SISTEMA NERVIOSO
La exposición por inhalación leve a los fumigantes puede causar sensación de mareo, zumbido en los oídos, fatiga, náuseas y opresión en el pecho.
La inhalación moderada puede causar debilidad, vómitos, dolor de pecho, diarrea, dificultad para respirar y dolor justo por encima del estómago.
Los síntomas de exposición severa pueden ocurrir desde unas pocas horas hasta varios días después de la fumigación.
El uso de plaguicidas puede estar relacionado con enfermedades como: cáncer, leucemia, Parkinson, asma etc.
La OMS ha alertado de que los plaguicidas son una de las principales causas de muerte por intoxicación.
La exposición repetida en los niños puede provocar trastornos en el crecimiento y en el neurodesarrollo debido a la inmadurez en las vías de metabolización y en la función renal.
El blanco primario de estos plaguicidas es el sistema nervioso.
Al gran porcentaje de enfermedades respiratorias que ya tenía la población, luego la contaminación del aire por diversos compuestos, el pos COVID 19 y sus secuelas, el cambio climático, ahora se suma la fumigación con plaguicidas, lo que potencia grave y negativamente la salud de personas y de los ecosistemas.
No a la fumigación con plaguicidas.
HAY MÉTODOS MÁS EFICACES Y MENOS NOCIVOS PARA LA SALUD
La manera más eficaz de controlar los mosquitos portadores del Zika, Chikunguña, Dengue y otras enfermedades es involucrarse y participar de los métodos de control del vector a nivel individual y comunitario, eliminando los sitios donde los mosquitos puedan reproducirse, dentro y alrededor de las casas, lugares de la comunidad.
Deben quedar libres objetos donde pueda acumularse agua: bidones, fuentes, neumáticos viejos, botellas y floreros, entre otros.
Evitar amontonamiento de basura para que no se formen sitios donde pueda acumularse el agua y reproducirse los mosquitos.
-Los residuos se deben colocar en bolsas plásticas cerradas para su recolección.
-Usar tapas de manera adecuada para cubrir los tanques de agua y cualquier recipiente que la contenga para uso en el hogar.
Hay además varios métodos caseros para combatir el mosquito, y la prevención se complementa con protección personal para evitar picaduras:
-usar ropa preferentemente ligera, de colores claros que cubra el cuerpo tanto como sea posible
-repelentes que tampoco contengan venenos, que se puedan aplicar sobre la ropa o la piel, lea el etiquetado antes de comprar.
No existen vacunas que prevengan, ni medicamentos que lo curen.
El Dengue, Zika y Chikunguña se transmite por mosquito Aedes aegypti; debemos comprender su comportamiento para combatirlo.
Prefiere picar a seres humanos más que a animales domésticos o al ganado.
Es un mosquito expulsado por la deforestación, ahora es doméstico, vive dentro y alrededor de casas, escuelas y lugares de trabajo, pone sus huevos en cualquier objeto que contenga agua estancada, incluso se reproducen en fosas sépticas, desagües y drenajes.
Su vuelo tiene un alcance corto, no lo hace a más de 100 metros aunque en algunos casos puede volar hasta 400 metros en busca de alimento.
Las hembras ponen aproximadamente de 100 a 150 huevos cada 3 o 4 días.
El Aedes solo puede poner huevos cuando ha consumido sangre, ocasión para contagiar si antes había picado a una persona enferma.
Al contraer el virus puede transmitirlo a todas las personas que pique el resto de su vida.
Por Raúl O. Coronel, el autor es abogado -MAT.764 STJ Chaco- Especialista en evaluaciones ambientales.
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