Habló la mujer violada por un comisario: "Me dijo la misma frase que Darthés, 'Mirá como me pusiste'"

Ella fue a limpiar la dependencia y el hombre la encerró en su despacho con llave y la abusó. 


La justicia y la policía buscaron tapar el delito. 

Cuando la víctima fue a hacer la denuncia, en la Comisaría de la Mujer intentaron persuadirla para que no la haga, y el Fiscal a cargo de la causa le había avisado al violador que iban a denunciarlo. 

Por Laura Guarinoni 

La denuncia de violación de L (usamos su inicial para resguardar su identidad) contra el comisario Darío Rodríguez, quien hasta hace días estaba a cargo de la comisaría primera de Florencio Varela develó una trama de connivencia, encubrimientos e impunidad ocurrida en ese partido de la provincia de Buenos Aires. 

"Mirá como me pusiste", frase asociada a otro denunciado por violación: Juan Darthés, fue la frase que Rodríguez utilizó, antes de abusar de la mujer. 

La violación fue en abril de 2020. 

En plena pandemia, el comisario Rodríguez le envió un mensaje al marido de L para que fuera a limpiar dependencia policial. 

Él es teniente pero hacía tareas de limpieza y mantenimiento del lugar y hasta solía cocinarle a los jefes. 

En aquel momento, el hombre estaba de licencia, tenía que hacer reposo por una una úlcera en la pierna que se le había formado por las varices. 

Estaba también con tratamiento psiquiátrico. L contestó el mensaje y se ofreció para ocupar el lugar de su marido. 

Pensó que sería lo mejor para que no le generara un problema en su trabajo. 

No era la primera vez que la mujer lo ayudaba en las tareas de limpieza en la comisaría. Claro que no cobraba ningún sueldo a cambio. 

Conocía al personal policial y tenía una relación cordial con el comisario Rodríguez, quien había asumido su cargo al frente de la comisaría en 2019. 

"El comisario siempre tuvo una relación correcta con nosotros, amable. 

Me conocía porque yo muchas veces iba y lo acompañaba, lo ayudaba a limpiar", contó la mujer a minutouno.com. 

El comisario aceptó que fuera ella quien hiciera las tareas de limpieza. 

Combinaron que sería el día siguiente pero pasado unos minutos le pidió que vaya en ese momento así él le podía dar los elementos de limpieza. 

Ella le dijo que los podía dejar allí y ella los usaría cuando fuera. El insistió en que debía ser ese día, que tenía que estar él. 

L llegó a la dependencia un par de horas más tarde. 

Rodríguez estaba reunido con dos comisarios, uno de ellos era el Oficial Darío Barbieri, en una oficina del primer piso. 

L no reconoció al segundo oficial porque estaba de espalda. 

La mujer estuvo un par de horas limpiando hasta que en un momento Rodríguez, parado en la puerta de su oficina, le señalo el baño y le pidió que fuera. 

Ella creyó que le iba a dar indicaciones de cómo limpiarlo ya que era el único espacio por el que no había pasado. 

Cuando se acercó él le tapó la boca con su mano para que no gritara la agarró del brazo fuerte y la empujó hacia la oficina. 

Cerró la puerta con llave, la volvió a agarrar del brazo y la tiró en un catre que había allá. 

Muchas veces en las dependencias hay camas para que los oficiales descansen en las guardias. 

"Me dijo la misma frase que decía Darthés: Mira como me pusiste. Me hablaba susurrando, realmente no sé que más me decía porque yo estaba en shock", contó a este medio L. 

No pudo gritar, se quedó petrificada. Tenía mucho miedo porque él estaba armado. 

Luego de violarla, el comisario le dio una servilleta para que se limpiara la eyaculación y se fue. La dejó sola en el baño. 

Ella recordó: "Me dio miedo, gritar no podía. El estaba uniformado, con el arma. 

Cuando se fue solo quería salir corriendo, me limpie, y salí corriendo"

Cuando salió del despacho no quedaban ninguno de los comisarios. 

"Me pareció raro que estaba todo el piso vacío. 

Cuando baje las escaleras había un policía de espalda. 

Se me cruzó por la cabeza que me había visto bajar y se dio vuelta para no ser testigo de lo ocurrido. 

Nunca supe si se habían ido los otros comisarios, si vieron y supieron que pasó. 

En la entrada cuando llegué me había cruzado a Barbieri. 

Él me había saludado y es testigo de que estuve allí ese día"

El Infierno después del infierno 

Más de un año tardó L en hacer la denuncia. Recién pudo realizarla en julio de 2021. 

Tenía miedo de que su marido, quien debía volver a la comisaría primera tras terminar su licencia, sufriera las consecuencias. 

Pero para ella inició un nuevo infierno. 

"Ese día volví a mi casa y no le conté a mi marido. 

Lo único que hice fue rogarle que pidiera el traslado. 

Él me decía pero ¿por qué? si estoy cómodo ahí. 

Yo le decía que se trasladara a la comisaría tercera, que le quedaba más cerca de nuestra casa", relató. 

Al poco tiempo el trauma comenzó a manifestarse en su cuerpo. 

Tuvo hipertensión, vitíligo en la cara -una enfermedad cutánea en la cual hay una pérdida del color (pigmento) de zonas de piel-, estrés y una anorexia nerviosa. 

Buscó ayuda profesional. 

Una psicóloga que se promocionaba en las redes entre los estudiantes de psicología, la licenciada Noelia Lugones Díaz, la atendió de forma virtual pero a las pocas sesiones comenzó a extorsionarla, le pedía dinero a cambio de su silencio. 

"Yo no quería decir nada porque pensaba que si lo denunciaba se la iban a agarrar con mi marido

Ella me pedía plata y hasta lo buscó a él en facebook y le mandó mensajes", contó. 

Al poco tiempo, L se enteró que la psicóloga en verdad se llamaba Noelia Zeoli y había sido denunciada por otra paciente por acosarla sexualmente. 

En julio de 2021, decidió llamar a la Policía Federal para hacer la denuncia formal. 

La enviaron a la Comisaría de la Mujer de El Cruce, en Florencio Varela y dieron intervención a la UFIJ N° 8 de Violencia familiar y de género, a cargo de Alejandro Ruggeri. 

En la Comisaría de la Mujer, la titular, Vanesa Fleitas, la llamó a su oficina y le manifestó que estaba extrañada por lo qué ella contaba ya que conocía bien a Rodríguez. 

Intentó persuadirla para que no hiciera la denuncia. 

"Me dijo que él siempre había sido muy amable con ella, que tenía buen trato, que le extrañaba mucho todo lo que yo decía.

Yo le respondí que yo también tenía buen trato hasta ese momento y que por eso había ido a limpiar la comisaría", recordó L. 

En ese momento, ocurrió un hecho intimidante y fuera de la norma que continúo violentando a L. 

Le sonó el teléfono a Fleitas. 

Era el comisario Rodríguez, quien alertado por el fiscal Ruggeri de que L. lo iba a denunciar, llamó a su colega para desmentir todo y amenazar a la víctima. 

"Yo estaba sentada en su oficina cuando sonó el celular. 

Lo tenía sobre el escritorio, vi que decía comisario Darío. 

Ella lo atendió ahí delante mío y yo escuchaba lo que él le decía porque el volumen estaba alto. 

Le dijo que iba a ir una loca a denunciarlo y cosas terribles de mi: que era una mentirosa, que habíamos tenido sexo consensuado y que me diga que si llegaba a hacer una denuncia él tengo capturas de nuestras conversaciones. 

Era falso, solo habíamos hablado de la limpieza de La Oficina". 

L hizo esa noche la denuncia y mostró todas las capturas de las conversaciones que había tenido con Rodríguez. 

Días después decidió ir al Centro de Atención a las Víctimas de Florencio Varela. Pidió una medida de resguardo. 

El juez de garantías Adrían Marcelo Villagra dispuso una restricción de acercamiento de Rodríguez para la víctima y su familia. 

A su marido finalmente lo trasladaron a la comisaría número tres pero la pesadilla para L continúa. 

"Tengo miedo de cruzarlo al comisario. 

Anda armado y sabe que lo denuncié. No siento que la justicia me proteja"

La investigación la lleva el fiscal Ruggeri, el mismo que le avisó a Rodríguez sobre la denuncia antes de que L la hiciera. 

A ella le realizaron una pericia psicológica comprobó que era una persona que no tenía una patología psicológica, ni psiquiátrica, que estaba ubicada en tiempo y espacio y que su razonamiento era lógico. 

Ella no pudo acceder a la pericia que le hicieron a Rodríguez. 

El 2 de febrero de este año el Rodríguez fue trasladado a otra comisaría. 

Sigue trabajando en la fuerza, no tiene iniciado ningún sumario ni fue suspendido de sus funciones. 

Lo reemplazó Barbieri, el testigo de que ella ingresó a la comisaría el día de la violación y sobre quien sobrevuela la duda de si supo en el momento lo que ocurrió. 

Rodríguez además habría tenido otra causa por apremios ilegales, que también habría sido "cajoneada" por la justicia. 

L, en soledad, continúa pidiendo justicia.

"Yo quiero que vaya preso y que deje el cargo. 

Tuve confianza con él. Nunca se me cruzó por la cabeza que dentro de una comisaría, con gente en el lugar, me iba a pasar algo así"

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