El partido justicialista local, se llenó de paracaidistas

En la jerga cotidiana política se le suele llamar "paracaidistas" a esas personas que tienen una actitud acomodaticia, siendo reconocidos por todos como los advenedizos*. 


Que esto suceda es casi normal y propio de la naturaleza política de las personas, sin esta cualidad serían casi imposible los cambios generacionales en los partidos políticos.

Pero este tipo de "paracaidistas" son en relación con los otros "Paracaidistas", los menos dañinos; los otros, son de una peligrosidad funesta, porque atentan directamente contra la comunión y seguridad partidaria.

Estos "Paracaidistas", lo escribo con mayúscula para que se pueda diferenciar unos de otros; decía, estos son los que haciéndonos creer que se está trabajando en una construcción colectiva, para el beneficio de todos, nos invitan a realizar un salto de fe hacia el abismo.

Es más, ellos mismo se prestan a dar ese salto de fe y confianza hacia lo desconocido; nos hacen creer que ellos están en las mismas condiciones y compromiso político-partidario que nosotros,  estimulandonos, a saltar con ellos hacia el futuro.

Futuro claro está, desconocido para la mayoría de los que embelesados se tiran de cabeza sin tomar recaudo.

Estos "Paracaidistas", son peligrosos, porque uno cree que la construcción es colectiva y donde si ganamos, ganamos todos y si perdemos, perdemos todos, pero no es así.

Porque ellos ya ganaron de ante mano, repartiendo las barajas marcadas, asegurándose un triunfo aunque se gane o se pierda en la contienda electoral.

¿Cómo sucede esto?

Es más o menos así, mientras todos estamos en la línea de salida intentando tomar el impulso necesario para trabajar arduamente durante la campaña y poniéndonos a disposición de estos "Paracaidistas", ellos ya tienen arreglado, un lugar de trabajo en el Estado, para ellos, sus familiares y sus amigos.

Sí, es cierto, nos invitan a compartir el salto de fe hacia lo desconocido y que sea lo que Dios quiera. 

Es más, saltan con nosotros hacia el vacío, para que nadie dude de sus convicciones.

La pequeña gran diferencia, es que mientras nosotros nos lanzamos a cara descubierta y con orgullo como única herramienta de contención, ellos, los "Paracaidistas", saltan ataviados con equipos que les aseguran un tranquilo y seguro aterrizaje.

Es decir, ya ganaron; están seguros que aunque el partido gane o pierda, ellos son los más favorecidos, y si acaso se pierde, la culpa la va a tener seguramente aquel que antes del salto de fe, dudó un momento sobre el cuento de la construcción colectiva.

Pablo Lugo. 

* [persona] Que se ha introducido en una posición, un ambiente o una actividad que no le corresponde por capacidad.


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