Lo afirmó el Doctor Fernando Augusto Niz, en el inicio del Ciclo de Capacitación sobre Perspectivas actuales de derechos en la Justicia de Paz, del cual es el Coordinador General.
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| Foto: Prensa Poder Judicial. |
El Ministro del STJ enfatizó la necesidad de construir soluciones conjuntas para proteger a los niños, niñas y adolescentes, víctimas del maltrato infantil.
El miércoles dio inicio un ciclo de charlas de Capacitación sobre Capacitación sobre Perspectivas actuales de derechos en la Justicia de Paz, una serie de encuentros que se dictarán a lo largo de los meses de junio, agosto y septiembre.
Los mismos fueron organizados por cuatro jueces de Paz, los doctores Olga Alicia Fernández de Caá Catí; José Osvaldo Ledesma de Berón de Astrada; Eduardo Aníbal Modenutti de Itá Ibaté; y Analía Soledad Márquez de Loreto, en forma conjunta con la doctora Alina Montórfano del Área de Capacitación, bajo la supervisión general del Ministro del STJ, doctor Fernando Augusto Niz.
En el encuentro inicial, que abordó el Maltrato Infantil y sus consecuencias, participaron las doctoras Gilda Ileana Gutiérrez, Secretaria relatora de la Fiscalía General y en representación del Ministerio Público; la doctora Pierina Ramírez, titular del Juzgado de Menores Nº 3 de la Capital y el doctor José Osvaldo Ledesma, Juez de Paz de Berón de Astrada.
“Para reducir y superar la crisis de violencia los Poderes del Estado deben trabajar de modo articulado” aseguró el doctor Niz durante las palabras de bienvenida, quien subrayó la necesidad de construir soluciones conjuntas y coordinadas para proteger a los sectores vulnerables, en este caso los niños, niñas y adolescentes, víctimas del maltrato infantil.
Además indicó la valiosa participación que deben tener en ese objetivo los operadores de justicia, y la intervención apropiada en esta situación de gran complejidad.
El doctor Niz, quien además es Supervisor del Centro Judicial de Mediación; presidente de la Comisión Nº 1 de Acceso a Justicia y Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos de JUFEJUS y responsable del Centro Judicial de Mediación de Corrientes; expresó su satisfacción por el ciclo de capacitación que se iniciaba.
Destacó la valiosa tarea de los Jueces de Paz de la provincia, cuya labor se ha plasmado en obras publicadas, material de consulta permanente, y dos Protocolos de Intervención en Adultos Mayores y Violencia Familiar y de Género, aprobados por la Corte Provincial.
El doctor Niz presentó formalmente a la doctora María Luisa Aróstegui, como subrogante de la Inspectoría de Justicia de Paz, quien ya ha comenzado a tomar contacto con las dependencias de Capital e interior.
El Ministro recordó que la trayectoria de estos magistrados que han sido receptadas por otras provincias argentinas y por la misma Comisión de Acceso a Justicia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
En ese sentido, hizo llegar a los organizadores el agradecimiento de la titular de la Junta Federal de Cortes, doctora María del Carmen Battaini, por la labor de capacitación constante que se lleva adelante, aún en marco de pandemia.
De la jornada del miércoles participaron unos 283 interesados, provenientes tanto de los diferentes juzgados de paz, establecimientos educativos, integrantes de las fuerzas públicas de seguridad, abogados y público en general.
Maltrato infantil: observar y denunciar
Los disertantes del primer encuentro coincidieron en las profundas secuelas que tiene el maltrato infantil no sólo para la vida de los niños, niñas y adolescentes, sino para la sociedad misma.
Especificaron que el maltrato puede consistir en abuso sexual o corrupción de menores, mendicidad y explotación laboral, abandono, maltrato prenatal (consumo de drogas durante el embarazo), síndrome de Munchhausen (creación ficticia de enfermedades por parte de uno de los padres); sustracción (uno de los padres saca al niño o niña de su centro de vida); e institucional (que es al que se incurre como organismo al revictimizar a los niños y niñas en el marco de los procesos judiciales).
Los indicadores de situaciones de riesgo: físicos (alimentos, higiene, vestimenta, hábitos); emocionales (intolerancia, baja autoestima, problemas de conducta, ansiedad, humor variable); cognitivos (deserción escolar, falta de integración, ausentismo) y sociales (aislamiento, falta de comunicación).
Se refirieron además a factores vinculados a los padres o cuidadores: su salud, las parejas, el tipo de vivienda, aspectos relacionados a las condiciones económicas, laborales y culturales.
Solicitaron estar atentos a casos en los que se observa cambios en los comportamientos de los niños, niñas y adolescentes y no minimizar sus testimonios ni sentimientos.
Lo que se busca es promover una escucha que respete los deseos de este sector, su autonomía y su capacidad progresiva.
Ante hechos que lindan con las situaciones descriptas hay que acudir a las Comisarías, en especial a las que tienen competencia en la Mujer, Menor y Familia (que no pueden oponerse a tomar la denuncia aunque los niños, niñas y adolescentes no vayan acompañados de su padre o tutor); a las Fiscalías y en las comunidades más pequeñas a los Juzgados de Paz.
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