Primero denunció que su hijo estaba desaparecido, pero a medida que avanzó la investigación, se quebró y confesó ante autoridades policiales.
Una mujer identificada como Alexandra Dougokenski se presentó en una comisaría en Rio Grande do Sul, Brasil, y denunció ante autoridades policiales la desaparición de su hijo de 11 años.
A los diez días, las autoridades dieron con el cadáver del nene adentro de una gran caja de cartón, ubicada en el garaje de una casa cercana a la de ella. Pero en los interrogatorios la madre confesó que lo había estrangulado porque lo descubrió tarde usando su celular.
Dougokenski quedó acusada el 2 de julio por haber asesinado a su propio hijo, Rafael Mateus Winques. La mujer había presentado falsos testimonios durante el período de investigación, hasta que reconoció que cometió homicidio del pequeño el 15 de mayo "porque aún estaba despierto a las 3 de la mañana".
De acuerdo con el portalG1, recién hace 10 días Alexandra, se quebró y dijo ante autoridades policiales que "ya no podía vivir con la mentira". Primero dijo que lo mató "sin querer" con dos pastillas de diazepam, pero la autopsia indicó que Rafael murió por asfixia mecánica.
Cuando los forenses de la Policía de Brasil descubrieron los signos de asfixia, Dougokenski dijo que se despertó durante la madrugada, fue a la habitación de su hijo y lo vio despierto jugando con su teléfono celular.
Entonces perdió el control y tomó una soga con la que lo estranguló.
Según su versión, revelaron fuentes de la Policía, cubrió la cabeza del nene con una bolsa y sacó el cuerpo de la habitación para ocultarlo. "Rafael estaba agitado y se dormía a alrededor de las 3 de la mañana. No me detuve a pensar por qué hice eso", declaró.
De acuerdo con el encargado de la investigación del Departamento de Homicidios de la Policía, Eibert Moreira Neto, la acusada tiene un comportamiento perfeccionista y metódico, y esto -asociado con el hecho de que Rafael estaba entrando en la etapa de la adolescencia- causó que la madre perdiera el control, informó Diario Gaucho.
Según fuentes policiales del caso, ahora se la acusa de homicidio calificado, asfixia, imposibilidad de defender a la víctima, ocultamiento de cadáver y falso testimonio. De ser condenada, podría recibir hasta 38 años de prisión en Brasil.
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