Pertenecen a distintas comunidades indígenas del territorio argentino y llevan 8 días, pese a la lluvia y el frío, ocupando de forma pacífica la puerta y el hall de entrada del lugar, a la espera de una reunión con el ministro Rogelio Frigerio.
Por Laura Guarinoni.
Foto: minutouno.com |
Más de 20 mujeres indígenas llegaron de diferentes puntos del país el pasado miércoles 9 al Ministerio del Interior de la Nación en la Ciudad de Buenos Aires, para entregar un pliego de reclamos al ministro Rogelio Frigerio.
Según contó Moira Millán, miembro de la comunidad mapuche y parte del Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir, se autoconvocaron a partir de distintas problemáticas que las atraviesan a todas como el terricidio, el extractivismo y las violencias que padecen por ser mujeres e indígenas.
Millán relató a minutouno.com que lo que terminó de empujar la decisión de venir a la Ciudad de Buenos Aires fueron las violaciones seguidas de femicidios de dos ancianas en una comunidad de Chaco.
"Esos dramáticos acontecimientos, que no salieron en ningún medio, fueron el puntapié final para que digamos basta”.
Femicidios indígenas
Las indígenas que llegaron a la capital aseguran que son sistemáticos los crímenes a las mujeres en sus comunidades.
“Además de violencia de género, sufrimos una práctica que se llama ´sicariato´: empresas trasnacionales o terratenientes contratan personas para matarnos”.
Frente a la inexistencia de estadísticas oficiales sobre las violencias en las comunidades, ellas mismas elaboraron un relevamiento en el segundo Parlamento de mujeres indígenas por el Buen vivir que realizaron el pasado julio en Río Negro.
Como resultado detallaron que ocho de cada diez mujeres indígenas sufren violaciones, abusos y violencia física. Más de la mitad de quieres son violadas y asesinadas son ancianas, en la mayoría de los casos por autoridades espirituales y siete de de las diez lo sufren por parte de policías o fuerzas de seguridad.
Sólo una de ocho mujeres accede a la justicia.
“La hermanas no tienen acceso a la justicia principalmente porque no hay intérpretes. En las provincias se niegan a establecer los derechos lingüísticos que están ratificados a nivel nacional. No hay perito traductor y no les toman las denuncias de las violaciones, de las mutilaciones, de los asesinatos y el número de muertas va creciendo”, explicó Millán, quien además contó que este martes se juntaron con la secretaria de justicia, María Fernández Rodríguez, para contarle de esta problemática y pedirle que los programas de erradicación de la violencia lleguen a las comunidades indígenas.
Además, denuncian que existe una práctica conocida como “chineo” en el norte del país, muy frecuente en las provincias de Salta, Formosa y Chaco.
“Hombres criollos comerciantes o terratenientes eligen niñas de entre 8 y 10 años para violarlas. Es socialmente aceptado desde hace siglos y queremos que se termine”, dijo la líder mapuche.
El terricidio que pesa sobre el cuerpo de las mujeres
Las mujeres indígenas cuentan que son las que más sufren en las comunidades. Los hombres hacen trabajos golondrinas y viajan.
También hay muchos neutralizados para la lucha política y social porque tienen problemas con el alcohol.
"Las que quedan a cargo de los niños y protegiendo la tierra somos nosotras entonces los planes de exterminio son contra nosotras.
Los hombres fácilmente se van, pero nosotras resistimos", explicó Millán.
Sobre los cuerpos de las mujeres recaen además los costos ambientales del cambio climático.
Una mujer guaraní que está en el acampe contó que camina tres kilometros ida y de vuelta todos los días solo para lavar la ropa porque en su comunidad no hay agua.
“La crisis hídrica es terrible. No es que no tenemos porque no supieron cuidarla, sino porque las empresas han devastado la naturaleza”, aseguró.
“Sembraron terricidio. Cosecharon rebelión”, dice la bandera que colgaron las mujeres sobre la calle 25 de mayo en la puerta del Ministerio de Interior.
Millan explica que hablan de terricidio porque “no es solamente la eliminación de ecosistemas selectivos. Es la eliminación de su vida en su totalidad. Hay muchas voces hablando sobre el cambio climático hoy sin tener en cuenta los pueblos que habitamos las tierra. Los pueblos indígenas somos guardianes de un saber, de un modo de habitar el mundo que podría contribuir a la preservación del planeta".
Discriminación y violencia a los niños indigenas
Además de sentir la violencia en sus propios cuerpos, las mujeres indígenas madres traen el reclamo por el sufrimiento de sus hijos.
Sara, del pueblo pueblo Tapiete de Tartagal, Salta, vino porque su tía le avisó de la protesta. “Junte unos pesos y viajé porque necesitaba sumarme”.
Contó a este medio que en su comunidad los chicos que asisten a la escuela primaria 12 de octubre son maltratados por los empleados de maestranza.
“Mi hijo de 5 años y otros más sufren maltratos diarios. Hace poco le tiraron la comida. Le dijeron que a él no le pertenecía, le gritaron y lo hicieron llorar. Los discriminan por ser de pueblos originarios y hasta nos critican a nosotras, nos dicen malas madres por nuestras costumbres”, denunció.
Millán aseguró este miércoles que la toma continuará hasta que desde el gobierno se les de respuesta a algunos de sus reclamos.
“Esperamos que que haya un espíritu humanitario y nos escuche. Queremos respuestas para resolver nuestras demandas a corto plazo. Sabemos que hay otros más difíciles de resolver que tienen que entrar en la conciencias del país, como que se vayan las empresas extractivistas, no va a suceder ya”.
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