El panorama es angustiante, muchos árboles luchan por sobrevivir en la costanera sur, pero sus raíces desnudas solo pueden aferrarse a una mínima porción de tierra.
El efecto de las constantes crecidas y la falta de acciones concretas que eviten este fenómeno, está haciendo desaparecer una importante cantidad de árboles en la costanera, que fueron plantados para mejorar la calidad de la misma.
El río Uruguay cada tanto, inunda buena parte de la zona y se lleva consigo la tierra, el sustento más importante que las raíces necesitan para mantenerlos en pie.
Da pena ver como mes a mes, se van perdiendo estos ejemplares arbóreos que en tiempos de calor brindan sombra y frescura a las personas y a los animales.
Pero pareciera que su suerte está echada y su sentencia de muerte es inevitable. Sin conciencia ecológica, seguiremos contando troncos que desaparecen bajo las aguas del río y tierra lavada que hacen que nuestra costa sea cada vez más estrecha.
Se intentó en algún momento sin resultados positivos, volcar restos de hormigón para frenar el socavamiento de las barrancas, pero el agua impiadosa nunca puede ser contenida por acciones aisladas y poco planificadas.
Es necesario que las autoridades tomen medidas serias y pongan manos a la obra, de lo contrario el río se llevará buena parte de nuestra costanera, matando a los árboles que alguna vez formaron un hermoso bosque de galería autóctona, donde se albergaban distintas especies de la fauna y la flora.
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