Investigadores de la UNNE lograron identificar en depósitos domiciliarios de agua potable a la bacteria Legionella y se avanzó en el ajuste de una técnica para su confirmación a nivel de género y especie.
Imagen microscópica de la bacteria Legionella. Foto de internet. |
La línea de investigación iniciada en la UNNE despertó interés en otros lugares del país por esta bacteria poco investigada.
Legionella es una bacteria ambiental que engloba a 48 especies y más de 70 serogrupos. Si bien más de la mitad de las especies causan patología en el hombre, la especie “Legionella pneumophila” origina más del 90% de las infecciones.
Desde su reservorio ambiental esta bacteria puede pasar a colonizar los sistemas de abastecimiento y distribución de agua de las ciudades e incorporarse a los sistemas de almacenamiento del agua potable, o bien otros sistemas que requieren agua para su funcionamiento, hasta llegar a adquirir una concentración que resulte infectiva para las personas.
La especie Legionella pneumophila está considerada como un patógeno emergente, pero en muchos países, entre ellos Argentina, aún existe desconocimiento de su prevalencia.
Por ello, hace dos años aproximadamente se puso en marcha un proyecto en el Instituto de Medicina Regional y la Facultad de Medicina de la UNNE para la detección de Legionella y en particular de la especie “pneumophila”.
En el marco de la investigación, a la fecha se estudiaron 32 muestras de agua tomadas en depósitos domiciliarios y se recuperaron mediante la técnica de cultivo cepas de Legionella en 12 de ellas.
En paralelo a la identificación mediante la técnica de cultivo también se avanzó en el ajuste de una técnica de PCR en tiempo real (Biología Molecular) para la confirmación de Legionella pneumophila y otras especies.
El Dr. Luis Merino, director del equipo de investigación, explicó que en el muestreo realizado ya se encontró la bacteria en un 37% de las muestras, lo que demuestra su circulación en el ambiente en la región nordeste del país.
“La vigilancia de este microorganismo en el agua de consumo humano representa el primer paso en pos de abordar el control de su diseminación hacia huéspedes susceptibles” sostuvo.
Destacó que la línea de investigación en Legionella iniciada en la UNNE despertó interés en otras instituciones científicas y de salud del país, pues lo que se está demostrando es que estas bacterias están presentes en el ambiente pero no se la estaba buscando.
Indicó que el objetivo es que las investigaciones realizadas entre el Instituto de Medicina Regional y la Facultad de Medicina contribuyan a la implementación de posteriores acciones que permitan conocer la real incidencia de estas bacterias en el ambiente.
Explicó que el cultivo es el método de referencia para la detección de Legionella en muestras de agua y su complemento con la técnica de biología molecular (PCR en tiempo real) es la herramienta eficaz para la confirmación de género y especie.
Los resultados logrados hasta el momento en la identificación de Legionella fueron aceptados para su presentación en la Conferencia Internacional y Exposición sobre Microbiología del Agua y Nuevas Tecnologías que se desarrolló el pasado mes de julio en Chicago (EEUU).
También fueron expuestos en el XXIII Congreso Latinoamericano de Microbiología realizado en la ciudad de Rosario, con la presencia de microbiólogos de distintos países.
La Bacteria
Respecto a la bacteria Legionella, y en especial a la especie L. pneumophila, el Dr. Merino mencionó que puede pasar a colonizar los sistemas de abastecimiento de aguas de las ciudades, y a través de la red de distribución, incorporarse a los sistemas de almacenamiento del agua potable o bien otros sistemas que requieren agua para su funcionamiento como las torres de refrigeración.
En estas instalaciones, por estar mal diseñadas, sin mantenimiento o con un mantenimiento inadecuado, se favorece el estancamiento del agua y el acúmulo de sustancias que permiten la multiplicación de la bacteria.
De esta manera lodos y materia orgánica pueden acabar construyendo una “biocapa” que permite la incorporación de los microorganismos.
La presencia de esta “biocapa” junto a una temperatura adecuada, propicia la multiplicación de Legionella hasta concentraciones infectantes para el ser humano.
Si bien el agua destinada al consumo humano debe cumplir con los requisitos de aptitud microbiológica, el análisis de Escherichia coli (uno de los indicadores establecidos por el Código Alimentario Argentino) o bien de coliformes termotolerantes no son indicadores adecuados de la presencia o ausencia de Legionella.
De allí que la vigilancia de este microorganismo sea el primer paso en pos de abordar el control de su diseminación hacia huéspedes susceptibles.
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