Hallaron cadáver tirado en un río, atado con alambres y contrapeso

Dos pescadores descubrieron el cuerpo de un hombre fondeado en un cauce secundario del Miriñay. Estaba envuelto en plástico negro, atado al disco de embrague de un automotor. Buscan identificarlo.


El ca­dá­ver de un hom­bre, en avan­za­do es­ta­do de des­com­po­si­ción, fue sa­ca­do ayer 9 de Julio, de un cau­ce se­cun­da­rio del Río Mi­ri­ñay junto a la Ruta Provincial 123, en el de­par­ta­men­to co­rren­ti­no de Pa­so de los Li­bres, don­de lo arro­ja­ron en­vuel­to en un plás­ti­co, ata­do con alam­bres y aferrado a un ob­je­to me­tá­li­co uti­li­za­do co­mo con­tra­pe­so.

La Po­li­cía ini­ció una in­ves­ti­ga­ción ten­dien­te, co­mo pri­me­ra ins­tan­cia, iden­ti­fi­car a la per­so­na que ten­dría una edad es­ti­ma­da de en­tre 50 y 60 años, se­gún in­for­ma­ción que lo­gró re­ca­bar Dia­rio Épo­ca.
En prin­ci­pio en esa re­gión de la pro­vin­cia no ha­bría so­li­ci­tud de pa­ra­de­ro de una per­so­na de ca­rac­te­rís­ti­cas si­mi­la­res.

El ha­llaz­go ma­ca­bro lo re­a­li­za­ron dos hom­bres, pa­dre e hi­jo, que pa­sa­ban un día de pes­ca a la ve­ra de la Ru­ta Pro­vin­cial 123, en­tre las ciu­da­des de Li­bres y Mer­ce­des, a unos 335 ki­ló­me­tros de la ca­pi­tal pro­vin­cial.

Uno de los tes­ti­gos, mien­tras arro­ja­ba su lí­nea de pes­ca, no­tó la fi­gu­ra de un bul­to ne­gro su­mer­gi­do que a pe­sar de es­tar en­gan­cha­do a al­go, se mo­vía a ra­íz de la co­rrien­te del agua.
Ta­les per­so­nas co­men­za­ron a te­ner sos­pe­chas y cuan­do ad­vir­tie­ron que po­drí­an es­tar fren­te a un ca­so po­li­cial no du­da­ron en lla­mar a la fuer­za de se­gu­ri­dad.

Des­de Pa­so de los Li­bres acu­die­ron efec­ti­vos de la co­mi­sa­ría Se­gun­da. Fue ayer al­re­de­dor de las 11 el ho­ra­rio en el que lo­gra­ron ex­tra­er el ca­dá­ver co­lo­ca­do den­tro de un nylon, ama­rra­do con alam­bres, ca­bles, y al dis­co de em­bra­gue de un au­to­mo­tor, de apro­xi­ma­da­men­te 20 ki­los.


A sim­ple vis­ta el cuer­po no pre­sen­ta­ría he­ri­das com­pa­ti­bles con al­gún im­pac­to de ba­la o ar­ma blan­ca. Pe­ro exis­tía un da­to muy lla­ma­ti­vo. Es­ta­ba ves­ti­do só­lo en la par­te su­pe­rior. De la cin­tu­ra pa­ra aba­jo com­ple­ta­men­te des­nu­do. Se pre­su­me que mu­rió ha­ce más de una se­ma­na. El ros­tro te­nía po­cas par­tes blan­das, en el que so­bre­sa­lía una den­ta­du­ra pos­ti­za.

El cuer­po de­bió ser trans­por­ta­do al Ins­ti­tu­to Mé­di­co Fo­ren­se de Co­rrien­tes pa­ra un por­me­no­ri­za­do es­tu­dio en el que tra­ta­rí­an de co­rro­bo­rar cau­sa de muer­te y es­ta­ble­cer si fue víc­ti­ma de un ase­si­na­to, tal co­mo se pre­su­me.


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