El reconocido cantante evangelista Polo Negrete, se presentó anoche en la iglesia Santuario de la Fe, de Silvia y Daniel Glauche, ante un auditorio de más de 350 personas.
Negrete que fue cantante del conjunto melódico Los Alfiles, luego de un percance con su voz en el que quedó prácticamente mudo, se entregó a Dios y comenzó su nueva carrera como evangelista y lleva las alabanzas al Señor a todas partes del mundo; en su nueva vida espiritual logró grabar 46 volúmenes y en el transcurso de esta semana grabará el número 47.
El alabancista interpretó varios temas de su creación y registro y además contó anécdotas de su vida al servicio del Evangelio. Negrete también dedicó tiempo para difundir la Palabra de Dios, cuyo título fue Paladar Fino.
Partiendo del Salmo 119, versículo 103 que dice: ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!, más que la miel a mi boca. El evangelista trazó algunas metáforas entre los que van a un restorán a que le sirvan una delicia del que saldrá totalmente satisfecho y los que llegan a la iglesia a tomar el alimento espiritual, mediante la Palabra de Dios.
Polo dijo, que es como cuando a alguien le recomiendan un lugar donde se llenará de buenos alimentos, sustanciosos, ricos y buenos, entonces va y prueba y al poco tiempo quiere volver, porque su boca se sintió agradada y quiere volver a tener esa sensación otra vez. Pero al regresar, le sirven el mismo plato o algo peor y ya la sensación de saciedad no colma sus expectativas.
Negrete dice que lo mismo pasa en las iglesias, cuando los Pastores no se preparan con la debida responsabilidad ante sus hermanos, no buscan la unción de Dios, sino que hablan de cuestiones superfluas, de interpretaciones y conceptos y se olvidan de buscar el fuego y la espada que resulta de la Palabra.
Jeremías 23:29 dice ¿Por ventura mi palabra no es como el fuego, dice el SEÑOR, y como martillo que quebranta la piedra? y Hebreos 4:12 dice Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier
espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu,
de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón.
A modo de crítica de los tiempos que se viven en algunas iglesias, Polo hilvanó un paralelismo entre un comensal ávido de exquisiteces y el integrante de una congregación que busca en el Pastor la palabra que deleite su espíritu llenándolo, colmándolo y dejándolo satisfecho y con ganas de repetir la experiencia.
El criterio de oferta y demanda dice Polo, se fue instalando en las congregaciones y las alabanzas fueron desplazando a la Palabra que edifica, por eso el evangelista cree que hay que exigir a la iglesia y sus ministros que siempre estén dispuestos a hacer crecer, fortalecer y propender a lograr un paladar fino para que las personas que buscan a Dios encuentren Palabras de Vida.
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