El ataque de Moscú tiene lugar poco después de otro de Estado Unidos.
Rusia asegura haber destruido en las últimas horas medio millar de camiomes cisternas empleados por los terroristas de Estado Islámico (EI) para transportar en el territorio del autodenominado califato combustible y petróleo. Los vehículos iban de Siria a Irak, según el general Andrei Kartapolov. Cada vez son más países los que inciden en la necesidad de golpear las finanzas del que se ha convertido ya en el grupo terrorista más poderoso y rico de la historia.
El anuncio del ataque ruso se lleva a cabo pocos días después de que Estados Unidos efectuara
ataques similares, según informó el diario «The New York Times».
Golpear las finanzas de EI es una de las prioridades de Rusia y de la
alianza internacional que lidera EE.UU. desde hace meses.
En los lugares sobre los que se están llevando a cabo los ataques se
han dejado caer panfletos en los que se pide a la población civil que se
aleje de esos camiones. Eso no ha impedido que al menos seis civiles
hayan muerto y otros veinte resultaran heridos en las últimas horas en
la ciudad de Raqqa, feudo principal de EI en Siria, por esos bombardeos, informaron activistas.
En declaraciones telefónicas a Efe, el director del Observatorio
Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahman, no descartó que el número
de víctimas mortales aumente, porque algunos heridos están graves y hay
cadáveres que han quedado totalmente despedazados, por lo que no han
podido ser incluidos en el recuento.
Los ataques de París y la confirmación de que el siniestro del avión
ruso en Egipto fue un atentado han incrementado los bombardeos de
Francia y Rusia sobre posiciones de EI.
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