La convocatoria fue difundida por la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires y apunta a una amplia variedad de especialistas, desde médicos a ingenieros.
La nueva Agencia Federal de Inteligencia (AFI)
difundió, a través de la página web de la Universidad Nacional del
Centro de la Provincia de Buenos Aires, una convocatoria para cubrir
unos 200 puestos de nuevos espías, poco más de un mes más tarde de que
se publicara el decreto regulatorio de la ley que dispuso la creación
del organismo a cargo de Oscar Parrilli. Quienes intenten ingresar, tendrán tiempo hasta fin de mes para acercar sus antecedentes.
El
perfil de los futuros espías está lejos del imaginario de James Bond:
la convocatoria está dirigida a profesionales que van desde "médicos
psiquiatras con especialidad en adicciones" hasta "técnicos informáticos
con especialidad en bases de datos", pasando por sociólogos,
psicólogos, economistas, administradores de empresas, politólogos o
especialistas en relaciones internacionales, abogados, traductores,
ingenieros y analistas de sistemas, además, por supuesto, de
"estudiantes de carreras a fines a la seguridad y la defensa personal".
Los requisitos para postularse son los dispuestos por el decreto 1311/2015, que en julio pasado reguló, en un documento de poco más de 400 páginas, la "Nueva Doctrina de Inteligencia Nacional".
Para poder ingresar a la AFI, los postulantes deberán ser argentinos,
mayores de edad y tener título secundario. Además, deben tener
antecedentes impolutos: no deben tener condenas penales -incluidas, por
supuesto, delitos de guerra y de lesa humanidad-, ni haber sido echados
de un puesto en el Estado ni estar inhabilitados para llevar a cabo
funciones públicas, además de cumplir con los requisitos físicos y
psíquicos, y no haber sido sancionado por faltas graves ni destituido en
los servicios militares, policías y fuerzas de seguridad nacionales,
provinciales, municipales y/o de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Una
vez que superen la selección del área de Recursos Humanos de la AFI,
los postulantes entrarán a la Escuela Nacional de Inteligencia, donde
comenzarán a cobrar un "estímulo" que como mínimo rondará los $8400 por
mes -1,5 salarios mínimos-, dependiendo de qué escalafón vayan a
integrar. Superado el Curso de Formación Básica Inicial, podrán
convertirse en empleados de la ex SIDE.
La
AFI fue creada a fines de febrero por la ley 27.126 y, de acuerdo con
su decreto regulatorio, podrá trabajar para evitar "los atentados contra
el orden institucional y la vida democrática, ya sea que se trate de
grupos políticos y/o militares (...) o grupos económicos y/o
financieros". Es decir, podrá realizar tareas de espionaje sobre
empresas, bancos, compañías y financieras para evitar "acciones
tendientes a la desestabilización de gobiernos democráticos mediante
corridas bancarias y cambiarias, desabastecimientos, golpes de mercado".
También, según el documento, la AFI podrá
prevenir otros tres tipos de delitos que "ponen en peligro la seguridad
interior": "el terrorismo y sus diferentes manifestaciones"; la
"criminalidad organizada" en forma de narcotráfico, trata de personas o
tráfico de armas y "las acciones que atenten contra la ciberseguridad".
La
AFI también deberá encargarse de prevenir peligros para la defensa
nacional, es decir "agresiones de origen externo perpetradas por Fuerzas
Armadas", según establece el capítulo I de la "Nueva doctrina de
inteligencia nacional".
Desde hace ya años,
periodistas, dirigentes sociales, políticos de la oposición y hasta del
oficialismo sospechan que sus teléfonos están o estuvieron intervenidos
por la ex SIDE. Si bien la prohibición ya existía, la nueva normativa
reitera que es "impropia y extraña a todo el Sistema de Inteligencia
Nacional la producción de conocimientos de carácter político,
institucional, social, económico, cultural o de cualquier otra índole
que sean ajenos a las problemáticas defensivo militares o problemáticas
criminales de cualquier naturaleza, o que no tengan relación con estas".
Ver más: Agencia Federal de Inteligencia, Oscar Parrilli
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