La fotocopia de un cheque de 200.000 dólares, que exhibe en su edición de hoy Página/12, revela sus vínculos con un empresario acusado de estar relacionado con la CIA. El informe devela un depósito de 150.000 dólares realizado por Damián Stefanini, el empresario desaparecido en 2014 casado con una correntina.
La fotocopia del cheque librado desde una cuenta en el Bank of America
de Miami apareció en la caja de seguridad del departamento de Nisman.
Las investigaciones relacionadas con la muerte del fiscal Alberto
Nisman siguen produciendo enormes sorpresas: en la caja de seguridad del
departamento del edificio Le Park apareció una fotocopia de un cheque
de 200.000 dólares, librados desde una cuenta en el Bank of America de
Miami y que se habrían depositado en la cuenta secreta de Nisman en el
banco Merrill Lynch de Nueva York. La existencia de la fotocopia
trascendió en los días posteriores a la muerte del fiscal, pero
Página/12 exhibe hoy la copia en forma plena.
El dueño de la cuenta desde la cual se emitió el cheque es Claudio Alejandro Picón, también titular de la lujosa camioneta Audi que manejaba el fiscal y que quedó en el estacionamiento de Le Parc desde la noche en que Nisman fue encontrado en el baño. Picón aparece vinculado con empresas norteamericanas que, en el mundo de la seguridad, son consideradas contratistas de los servicios de Inteligencia de Estados Unidos. Sin embargo, las sorpresas no se detienen allí.
Fuentes del entorno del fiscal aseguran que en el tercer trimestre de 2013 aparecería en la cuenta de Nisman un depósito de 150.000 dólares realizado por Damián Carlos Stefanini, el misterioso empresario que desapareció –y no volvió a aparecer– el 17 de octubre de 2014. Stefanini fue a supervisar la construcción de tres yates en San Fernando y hasta hoy no se sabe qué ocurrió con él.
El dueño de la cuenta desde la cual se emitió el cheque es Claudio Alejandro Picón, también titular de la lujosa camioneta Audi que manejaba el fiscal y que quedó en el estacionamiento de Le Parc desde la noche en que Nisman fue encontrado en el baño. Picón aparece vinculado con empresas norteamericanas que, en el mundo de la seguridad, son consideradas contratistas de los servicios de Inteligencia de Estados Unidos. Sin embargo, las sorpresas no se detienen allí.
Fuentes del entorno del fiscal aseguran que en el tercer trimestre de 2013 aparecería en la cuenta de Nisman un depósito de 150.000 dólares realizado por Damián Carlos Stefanini, el misterioso empresario que desapareció –y no volvió a aparecer– el 17 de octubre de 2014. Stefanini fue a supervisar la construcción de tres yates en San Fernando y hasta hoy no se sabe qué ocurrió con él.
Nadie conoce cuál es el vínculo entre Stefanini y Nisman: si se trató
de una mesa de dinero, una cueva para sacar dólares del país o un
negocio oculto. Lo cierto es que los 150.000 dólares plantean una
relación inexplicada entre el fiscal muerto y el empresario
desaparecido. Por último, en Tribunales ya habría un dato sobre el saldo
de la cuenta de Nisman en el Merryll Lynch: algo más de 600.000
dólares, otra cifra descomunal que, en principio, no tiene explicación
si se relaciona semejante cantidad de dinero con los ingresos del sueldo
del fiscal, los únicos declarados por él en su declaración jurada.
Se
espera el informe oficial del banco sobre ese saldo y los movimientos de
fondos del fiscal. Desde el punto de vista del caso del atentado contra
la AMIA, la investigación de estos dineros es de interés no sólo
económico, sino que podría tener que ver con los vínculos del fiscal y
su alineamiento con sectores de la derecha republicana.
Cheque y cuenta
La fotocopia del cheque de 200.000 dólares fue encontrada junto a
cuatro pasaportes en la caja de seguridad del departamento de Le Parc en
la misma noche en que apareció el cuerpo del fiscal. Según las primeras
investigaciones, el cheque se depositó en la cuenta del Merrill Lynch
en 2013, aunque no existen precisiones de la fecha ni tampoco el motivo.
Es una suma altísima, sobre la que por ahora no hay ninguna
explicación. La cuenta del Merrill Lynch estaba a nombre de la madre de
Nisman, Sara Garfunkel, la hermana del fiscal, Sandra Nisman, y el
informático Diego Lagomarsino. La clave estaba en que el fiscal era el
apoderado, es decir que era quien manejaba todo. Hasta ahora el único
que dio alguna explicación de por qué figura en la cuenta es
Lagomarsino, pero parece cantada la respuesta que darán tanto Garfunkel
como Sandra Nisman.
Como se aprecia en la fotocopia, el cheque fue librado por Claudio
Alejandro Picón, que ya declaró ante la fiscal Viviana Fein porque,
junto a su hermano Fabián, es el dueño de Palermopack S. A., la empresa
propietaria de la lujosa camioneta Audi Q5, dominio MPC 641, que
manejaba Nisman. Picón dio una versión poco convincente: dijo que le
prestaban el vehículo a Nisman y que solían comprar autos de lujo para
prestarles a amigos. Nada explica por qué el fiscal federal andaba, sin
papeles, con una camioneta que no estaba a su nombre.
El juez Rodolfo Canicoba Corral y el fiscal Juan Pedro Zoni investigan
operaciones de lavado de dinero y, en ese marco, estudian a varias
empresas en las que figura la madre de Nisman, Sara Garfunkel. Una de
ellas es Monroe Plaza SRL, una constructora, y además hay un
emprendimiento en un lujoso edificio en el que Nisman tenía dos
departamentos con cochera sobre la avenida Dorrego, en Palermo
Hollywood. En este último fideicomiso también aparece Picón.
En el margen superior de la fotocopia del cheque del Bank of America
aparece el nombre de quien lo libra: textualmente dice Claudio A Picón.
Figura la dirección en Miami en la que está registrado Picón y
domiciliada la cuenta: en el 2600 South del Bayshore Drive, en Coconut
Grove. No está claro si Picón tiene un departamento allí o es una
dirección prestada.
Como es obvio, este movimiento de dinero oculto también está siendo
investigado por Canicoba Corral y Zoni. El delito sería el de lavado de
dinero y, por supuesto, no está imputado Nisman porque falleció, pero sí
los otros titulares de la cuenta en la que se depositaron los 200.000
dólares.
El Norte
El cheque, la camioneta y el fideicomiso son coincidencias que
requieren una explicación. Los hermanos Picón aparecen en sociedad con
Eugenio Pipo Ecke, que a su vez estuvo –o está– relacionado con Frank
Holder. Ambos estuvieron a cargo de la seguridad del grupo empresario
Exxel, como describe con puntillosidad el libro sobre la vida de Rodolfo
Galimberti que escribieron Roberto Caballero y Marcelo Larraquy. Tanto
en aquel trabajo como en otros se los vinculó con los servicios de
Inteligencia norteamericanos. Marcelo Sain, ex titular de la Policía de
Seguridad Aeroportuaria y hoy a cargo de la Escuela de Inteligencia,
dijo hace unos meses: “La conclusión es que Nisman andaba en una
camioneta de contratistas de la CIA. Me impresiona, aunque siempre
sostuve que Nisman reportaba a la ex SIDE. Y la ex SIDE, bajo el mando
de Jaime Stiuso, reportaba a la CIA. Muchas veces se dice que la CIA
está alineada con los intereses norteamericanos, pero eso es relativo.
La CIA tiene sus propios intereses y más bien está alineada con la
derecha republicana”.
La aparición del cheque firmado por Picón y el hecho de que Nisman
usara una camioneta también propiedad de Picón, plantea una alternativa
inquietante:
- Puede ser que el dinero se haya movido por un vínculo económico
originado en negocios no declarados o en operaciones financieras y
cambiarias que terminaban con un envío de los fondos a Estados Unidos. A
esta altura de la investigación, parece claro que Nisman tenía cuentas
en el exterior, propiedades en Punta del Este, fideicomisos en Palermo,
aunque nada a su nombre.
- No se puede descartar que el dinero tenga que ver con el alineamiento
internacional de Nisman. El ex director ejecutivo de la DAIA, Jorge
Elbaum, testimonió que el fiscal ofreció dinero de Paul Singer, cabeza
de los fondos buitre a través de NML Capital, para solventar una campaña
contra el Memorándum de Entendimiento con Irán. Además, es público y
notorio que Nisman aparecía vinculado al think tank republicano
Fundación de Defensa de la Democracia.
De manera que Canicoba Corral y Zoni tendrán que bucear en el punto clave: el origen de los fondos.
Más dólares
A la existencia del cheque por 200.000 dólares se suma otro dato que
apareció en el entorno de Nisman: un depósito de 150.000 dólares
realizado, también en el Merrill Lynch, a nombre de Damián Stefanini, el
empresario desaparecido.
Y aquí aparecen una serie de coincidencias sórdidas en este aspecto del caso Nisman:
- Quien denunció la existencia de la cuenta secreta en Nueva York fue
la ex esposa del fiscal, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado. Fue
ella la que contó que los titulares de esa cuenta son Garfunkel, Sandra
Nisman y el informático Diego Lagomarsino, con el propio fiscal como
apoderado. Arroyo Salgado hasta dijo que ponía en conocimiento de la
fiscal Viviana Fein la existencia de esa cuenta porque la muerte del
fiscal podría tener que ver con una disputa económica.
- La jueza Sandra Arroyo Salgado es la magistrada a cargo de la causa
por la desaparición de Damián Stefanini, el hombre que habría depositado
los 150.000 dólares en la cuenta del Merrill Lynch de Nisman. El
expediente está en la Justicia federal de San Isidro con la calificación
de secuestro extorsivo, dada la existencia de llamadas de falsos
secuestradores que quisieron cobrar un rescate aprovechándose de la
situación. Esos oportunistas fueron detenidos y hoy en día parece claro
que la desaparición de Stefanini no obedece a un secuestro extorsivo. La
instrucción de la causa está a cargo del fiscal federal Fernando
Domínguez, pero la jueza es Arroyo Salgado.
Con ese cuadro de situación, la realidad es que hoy Arroyo Salgado
investiga la desaparición de un hombre que tenía algún vínculo con su ex
marido. Esto significa inevitablemente que tendrá bajo estudio
entrecruzamientos de llamadas que podrían explicar el supuesto depósito
del tercer trimestre de 2013, o sea entrecruzamientos de llamadas donde
aparecerá su ex marido en forma directa o indirecta.
Saldo
Para redondear el cuadro de sospechas, hay datos que indican que el
saldo de la cuenta que manejaba Nisman en Nueva York era de 600.000
dólares. Todo deberá ser confirmado por el banco ya que Canicoba le
pidió información a través de un exhorto y no sólo deberían aportar el
dato del saldo sino de los movimientos que se produjeron en la cuenta en
los últimos años.
Uno de los grandes problemas en esta causa y en otras es la escasa
colaboración de los bancos y la justicia norteamericana con las
investigaciones de los magistrados argentinos. Hay expedientes en los
que no contestaron nunca y otros en los que tardaron años en responder.
La causa Nisman tiene, sin embargo, dos costados más que delicados: se
trata del fiscal que investigaba el atentado más importante de la
historia argentina y, además, uno de los movimientos involucra a una
persona –Stefanini– que está desaparecida de forma más que misteriosa.
La existencia de dinero oculto plantea enormes interrogantes sobre el
origen de los fondos, ya sea que provengan de transferencias no
oficiales, negocios ocultos, o que provengan de dinero que Nisman
recibió para financiar –y perfilar– de forma extraoficial la
investigación en el caso AMIA.
Fuente: Pagina12.com.ar
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