Hebe Rull, la ex pareja de Romero dialogó con Diario Río Uruguay
apenas unas horas después de conocida la noticia del fallecimiento del
padre de sus hijos.
Hebe Rull, Foto Diario Río Uruguay |
“Me enteré por unos mensajes (al celular) que recibí
a la tarde”, presuntamente de los allegados de quien falleció este
miércoles. “No eran justamente de amor, así que me imaginé que había
pasado eso”, señaló.
Desde el pasado 20 de abril, cuando Romero decidió emprender en auto y
a contramano con sus hijos mellizos, en plena autopista mesopotámica
(ex ruta 14), hasta colisionar contra un camión, el drama no dejó de
tener capítulos en su vida.
“La verdad – continuó la mujer - es que yo
prefería esto a todo lo otro (la posterior causa judicial) porque quería
cerrar un capitulo. Para mí y mis hijos. Me dije: que Dios tome la
decisión; si se tenía que ir, que se fuera. Y si no, iría a la
Justicia”.
En todo momento, Rull se encargó de remarcar que su prioridad, por
estas horas, es la recuperación del mellizo que pudo sobrevivir: Mateo.
“Es lógico que hay cosas que sabemos que no las vamos a recuperar nunca
más; que es Agustín. Justamente este fin de semana hizo dos meses de su
fallecimiento. Pero nosotros vamos a cerrar un capitulo y a empezar una
vida de nuevo, que es lo que queremos”. Insistiendo con que su
aspiración es “tener por fin una vida en paz y rehacer nuestras vidas
con mis hijos, con sus estudios, con mi trabajo y con la recuperación de
Mateo”, afirmó.
El recuerdo de su otro hijo
Para continuar, narró que hace pocos días “fuimos a verlo a Agustín (a la tumba donde descansan sus restos), por primera vez y fue muy duro. Es duro el tratar de acostumbrarnos a que él ya no está”. Graficó que “eso solamente lo sabemos nosotros: yo como madre y mis hijos como hermanos”.
Allí fue sumamente crítica con la familia de Juan Carlos Romero,
afirmando que “no les importó porque nunca se arrimaron a ofrecerme
nada. Ni para Agustín ni para Mateo. Lo único que les importo fue él”.
En este tramo de la charla, Rull no quiso ahondar sobre sus
sentimientos por el padre de sus hijos, ni si estaba pendiente de su
evolución diaria. “Yo cerré esa persiana y me aboqué en Mateo, en mis
hijos y en mí porque debo seguir de pie”, reconoció.
Afirmó que no piensa caer por “la memoria de mi hijo fallecido y por
Mateo que estoy todos los días con él, y desde que esto paso no me
despegue jamás. Sabemos que Agustín ya no está; y con eso no podemos
hacer nada. Solo debemos recordarlo con amor, con tristeza, con alegría.
Pero no decaer”.
Recuperación lenta pero firme
Consultada acerca de la recuperación de su hijo, Hebe informó que
Mateo la está encarando con suma entereza. Y que, como muestra de ello,
hasta le preguntó cuándo iba a poder jugar al básquet. “O sea a él
todavía no le sacaron los clavos y está pensando en hacer un deporte. Va
dos pasos adelante de lo que nosotros pensamos.
Nada lo frustra y todo
se lo banca. Si tiene que ponerse un pañal descartable se lo pone; si
tiene que ir en silla de ruedas él va. No va con vergüenza a ningún
lado, va con la cabeza en alto”.
Agregó que marcha de manera excelente en lo que a su educación se refiere y que “su maestra me dice que es muy inteligente porque ella le trae material y él los termina antes del horario”. Y que eso, la hace “morir de orgullo”.
Agregó que marcha de manera excelente en lo que a su educación se refiere y que “su maestra me dice que es muy inteligente porque ella le trae material y él los termina antes del horario”. Y que eso, la hace “morir de orgullo”.
Y, por último, pareció ratificar aquello de la sabiduría de los chicos
para encarar los duelos. “Con Mateo hablamos todos los días de su
hermano. De las cosas que vemos, de la ropa de su hermano y él decide
donde la ponemos; si se la damos a otro nene. La psicóloga me dijo que
me iba a costar más a mí que a él porque ellos lo manifiestan de otra
manera”. Remarcando finalmente que por todo ello “yo no puedo caer.
Porque él jamás decae”, sentenció Rull.
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