El Concejo Deliberante de Curuzú Cuatiá aprobó el reconocimiento a los músicos curuzucuateños, Juancito Güenaga y Antonio Tarragó Ros; por su participación en los premios Gardel 2015. Reconocimiento que se entregará mañana a partir de las 19,30 en el recinto del cuerpo.
Juancito Güenaga y Antonio Tarragó Ros |
Del acto, también participará el Intendente, Lalo
Domínguez.
El reconocimiento será en el recinto del Deliberativo municipal.
El proyecto, cabe destacar, fue presentado por el bloque del PJ y tuvo
como objetivo, reconocer a los dos artistas de la sucursal del cielo
que, junto con el Chango Spasiuk, fueron los encargados de participar
por primera vez en la terna de los premios Gardel con el género del
chamamé.
El reconocimiento, se da por la importancia de este logro dado
que por primer a vez la música popular correntina llegó a tan importante
galardón. El ganador de este primer Gardel, fue el misionero.
“Es
la primera vez que en los premios Gardel se terna al mejor álbum de
Chamamé, por eso es todo un orgullo que hayan participado dos
curuzucuateños y queremos reconocerlos”, dijo el concejal Pablo
Rodríguez.
De esta manera, tanto Güenaga como Tarragó Ros
recibirán esta distinción en la jornada de hoy. Desde el punto de vista
del seguidor de los pasos de Tarragó Ros padre, es un hecho importante
porque todo esto en realidad lo que hace es fortalecer al chamamé.
Con
la humildad que lo caracteriza, el curuzucuateño -pronto a celebrar sus
bodas de oro con el chamamé-, recordó sus inicios y mirando hacia atrás
aún no puede creer el camino recorrido. Si bien es consciente de cada
paso que fue dando para estar hoy en los lugares a los que llegó, no se
cansa de decir que él sólo ama hacer música y que es el público el que
engrandece su arte con sus aplausos y su baile.
Fue con su disco
Sensaciones con el que logró esta nominación por la cual hoy le
otorgarán este reconocimiento en su tierra natal. La misma que lo vio
crecer y enamorarse del estilo tarragosero. La misma que cuando tenía 20
años lo vio tocar de la mano del maestro e ir insertándose cada vez más
en el mundo del arte incluso, pese a la resistencia paterna que nunca
imaginó que el destino le depararía tener que aplaudir a su propio hijo
sobre un escenario.
Según comentó, sus primeros pasos con la
música iniciaron de manera casual. Hijo de una familia de ganaderos, un
día como cualquier otro se encontró con un acordeón en su casa. Un
safrero la había dejado allí a préstamo pero nunca más volvió por ella.
Fue así como este instrumento llegó a las manos de Juancito y lo enamoró
de tal manera que lo convirtió en uno de los referentes del chamamé y
el más fiel seguidor del creador de un estilo como fue Tarragó Ros.
El
2015 le trajo varias sorpresas. Fue parte de los premios Gardel y se presentó el 18 pasado, por primera vez en el Teatro
Vera. Hoy, esta trayectoria será reconocida en su tierra natal.
CdR
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