Así lo informó Marko Machicao, ministro boliviano de Culturas.
El papa Francisco
pidió mascar hojas de coca o "acullicar" para mitigar los efectos de la
altitud cuando llegue el próximo 8 de julio a la ciudad boliviana de El
Alto, informó el ministro boliviano de Culturas, Marko Machicao.
El alto funcionario dijo en una entrevista con los medios estatales
que se tenía previsto ofrecer a Francisco el tradicional mate o infusión
de hojas de coca o un café, pero que él "ha pedido específicamente que
quiere hacer el masticado de coca".
Machicao destacó que se trata de una petición que ha llenado de
alegría a quienes organizan en Bolivia la bienvenida que se dará al
Santo Padre, durante su visita del 8 al 10 de julio próximos.
Hábito cultural
El mascado o "acullicu" de las hojas de coca es un hábito cultural
arraigado en el país andino en los sectores indígenas y campesinos y es
practicado también por mineros y transportistas.
Lo habitual es que quienes arriban a la zona andina de Bolivia
consuman un mate o infusión de hojas de coca para mitigar los efectos de
la altitud en El Alto, ciudad situada a 4.000 metros sobre el nivel del
mar, y de La Paz, que está 400 metros más abajo.
Francisco llegará a Bolivia procedente de Ecuador y el 10 de julio irá a Paraguay, donde terminará su gira suramericana.
El presidente boliviano, Evo Morales,
consiguió en 2013 que Naciones Unidas reconozca el tradicional mascado
de hojas de coca en el país, aunque el organismo mantiene vetado el
comercio internacional del producto con el argumento de que la planta
contiene los alcaloides base para fabricar la cocaína.
Bolivia volvió ese año a ser parte de la Convención Antidrogas de la
ONU de 1961 con la salvedad que permite el "acullicu" en el país, una
iniciativa que solo fue rechazada por quince naciones.
La hoja de coca también es defendida en la Constitución nacional
promulgada por Morales en 2009, tiene usos culturales, rituales y es
objeto de pequeñas experiencias de industrialización en infusiones,
refrescos energéticos, caramelos y harinas.
Morales, que es indígena aimara, también dirige al sindicato de los productores de hojas de coca del Chapare (centro).
Naciones Unidas certificó en 2014 que Bolivia ha reducido sus cultivos de coca hasta situarlos en alrededor de 23.000 hectáreas.
Según ha reconocido el viceministro boliviano de Sustancias
Controladas, Felipe Cáceres, casi la mitad de esa producción de hojas de
coca todavía es desviada al narcotráfico.
La Voz
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