Fue esclarecido el brutal homicidio de la chica de 16 años. Ella volvía a su casa cuando la interceptaron y arrastraron a un descampado. La abusaron sexualmente en forma reiterada. Le provocaron asfixia pero aún moribunda se arrastró 50 metros. Tres son los criminales.
Yésica Muñoz, la
adolescente de 16 años hallada muerta el miércoles en la ciudad
correntina de Esquina, fue víctima de una brutal golpiza y
abuso sexual reiterado a manos de delincuentes que primero la
siguieron para emboscarla en una calle semioscura y
arrastrarla a un descampado. Los detalles trascendieron
después de que la Policía detuviera a los autores del crimen y
dejara esclarecido el hecho horroroso que conmociona por
sus características.
El trabajo meticuloso de investigación permitió que en menos de 48 horas de descubierto el asesinato pudieran apresar a los responsables directos.
Los imputados del delito de “abuso sexual con acceso carnal seguido de muerte” son un adolescente de 17 años conocido con el mote de “Bolita”, y otros dos jóvenes identificados como Cristian Javier Franco, alias “Tucu”, de 19 años, y Marcelo Alejandro “Yaqui” Sandoval, de 21, quien es hermano del menor. En tanto, un cuarto hombre, de 27 años, podría tener algún grado de participación secundaria .
El ministro de Seguridad de la Provincia, Pedro Braillard Poccard, explicó ayer que “fue aberrante lo que pasó. Le tendieron una emboscada, la golpearon salvajemente, la violaron en varias oportunidades y la terminaron asfixiando”.
Paso a paso la forma en que la banda habría cometido el homicidio fue develado merced a procedimientos rápidos y conjuntos que hicieron efectivos de la comisaría local y de la Sección de Investigaciones de la Unidad Regional Dos de Goya, con la fundamental colaboración de un grupo de policías de la Dirección de Investigaciones de Delitos Complejos que viajó desde la capital provincial.
Amenazada
La principal hipótesis apunta a que el hecho tuvo (posiblemente) la motivación de un acto de venganza hacia la víctima y a su ex novio, con quienes uno de los malvivientes mantuvo problemas el año pasado, con riña sangrienta de por medio. Ella y su ex pareja, tras ese episodio, resultaron blancos de amenazas.
De acuerdo a la información conocida por diario época, el martes a la noche la jovencita estuvo en el domicilio de una amiga llamada Ramona en el complejo habitacional 80 Viviendas, en proximidades de la comisaría Segunda.
Pasada la medianoche, ya en la madrugada del miércoles, Yésica decidió regresar a su casa. Como el trayecto era de unas cuantas cuadras su amiga la acompañó hasta cerca de la mitad de camino.
En el trayecto ambas jóvenes pasaron delante de la vivienda del joven de 27 años, alias “El Goyano”, que todavía está en la mira de la Policía. Allí (calle Los Lirios del barrio La Tablada) ese sujeto estaba reunido con el adolescente y también con Franco y Sandoval. Posiblemente consumieron bebidas alcohólicas. Todos comenzaron a silbarles y decirles cosas subidas de tono. Igual ellas siguieron caminando sin hacerles caso.
Cuando las vieron alejarse tres de ellos, menos “El Goyano”, decidieron seguir a Yésica. Lo hicieron acortando camino a través de una zona descampada bordeada de una plantación de pinos.
Estos detalles se desprenden de la declaración (ante autoridades judiciales) que brindó “Bolita” cuando “se quebró” y admitió su participación.
Al notar que Yésica quedó sola (desde el momento que su amiga se despidió y regresó a su domicilio) los tres decidieron esperarla un poco más adelante y tenderle una emboscada, a unos 150 metros antes de que ella pudiera llegar a su vivienda. En el momento que pasaba frente a ellos salieron a su paso desde la oscuridad. La agarraron, golpearon de forma salvaje con puñetazos y patadas y la arrastraron al interior del terreno de varias manzanas deshabitado.
Supuestamente “Bolita” no participó de la violación porque nada más ofició de “campana”. Apuntó contra su propio hermano “Tucu” y también hacia “Yaqui” como los autores. Sin embargo, este punto de su testimonio deja muchas dudas y sospechan que en realidad tuvo una intervención en igual grado que sus cómplices.
La chica sufrió ultrajes vía vaginal y anal. Resultó muy lastimada. Y como ofrecía resistencia y también gritaba mucho le taparon la boca mientras le aprisionaron la zona del cuello hasta dejarla prácticamente desmayada. “Asfixia por estrangulamiento mecánico”, arrojaría luego el resultado de la autopsia.
Tras cometer la serie de agresiones dejaron a la víctima en ese sitio, a unos 30 metros de la calle, creyéndola muerta cuando en realidad todavía estaba con vida. Antes rompieron el teléfono de ella, encontrado durante un rastrillaje.
Existe un dato muy llamativo. Yésica fue hallada poco antes de las 8 del miércoles a la vera del camino donde la interceptaron. Una mujer que iba al trabajo vio el cuerpo y avisó a la Policía.
En un primer momento se creyó que donde estaba el cadáver sería el escenario del crimen. Pero la posterior inspección en los alrededores sumado al relato de “Bolita” sirvieron para recolectar evidencia de que presuntamente la jovencita, aún malherida, alcanzó a cubrir aquella distancia arrastrándose con sus últimas fuerzas en busca de auxilio antes de morir.
El miércoles los investigadores habían demorado al ex novio de la chica, un muchacho de 18 años, e indagaron a la amiga que la vio por última vez como también a otros dos amigos con los cuales la adolescente intercambió mensajes hasta cerca de la 0:30. Ninguno de ellos, como se comprobaría después, está involucrado en el asesinato que ahora conmueve a toda la provincia.
El trabajo meticuloso de investigación permitió que en menos de 48 horas de descubierto el asesinato pudieran apresar a los responsables directos.
Los imputados del delito de “abuso sexual con acceso carnal seguido de muerte” son un adolescente de 17 años conocido con el mote de “Bolita”, y otros dos jóvenes identificados como Cristian Javier Franco, alias “Tucu”, de 19 años, y Marcelo Alejandro “Yaqui” Sandoval, de 21, quien es hermano del menor. En tanto, un cuarto hombre, de 27 años, podría tener algún grado de participación secundaria .
El ministro de Seguridad de la Provincia, Pedro Braillard Poccard, explicó ayer que “fue aberrante lo que pasó. Le tendieron una emboscada, la golpearon salvajemente, la violaron en varias oportunidades y la terminaron asfixiando”.
Paso a paso la forma en que la banda habría cometido el homicidio fue develado merced a procedimientos rápidos y conjuntos que hicieron efectivos de la comisaría local y de la Sección de Investigaciones de la Unidad Regional Dos de Goya, con la fundamental colaboración de un grupo de policías de la Dirección de Investigaciones de Delitos Complejos que viajó desde la capital provincial.
Amenazada
La principal hipótesis apunta a que el hecho tuvo (posiblemente) la motivación de un acto de venganza hacia la víctima y a su ex novio, con quienes uno de los malvivientes mantuvo problemas el año pasado, con riña sangrienta de por medio. Ella y su ex pareja, tras ese episodio, resultaron blancos de amenazas.
De acuerdo a la información conocida por diario época, el martes a la noche la jovencita estuvo en el domicilio de una amiga llamada Ramona en el complejo habitacional 80 Viviendas, en proximidades de la comisaría Segunda.
Pasada la medianoche, ya en la madrugada del miércoles, Yésica decidió regresar a su casa. Como el trayecto era de unas cuantas cuadras su amiga la acompañó hasta cerca de la mitad de camino.
En el trayecto ambas jóvenes pasaron delante de la vivienda del joven de 27 años, alias “El Goyano”, que todavía está en la mira de la Policía. Allí (calle Los Lirios del barrio La Tablada) ese sujeto estaba reunido con el adolescente y también con Franco y Sandoval. Posiblemente consumieron bebidas alcohólicas. Todos comenzaron a silbarles y decirles cosas subidas de tono. Igual ellas siguieron caminando sin hacerles caso.
Cuando las vieron alejarse tres de ellos, menos “El Goyano”, decidieron seguir a Yésica. Lo hicieron acortando camino a través de una zona descampada bordeada de una plantación de pinos.
Estos detalles se desprenden de la declaración (ante autoridades judiciales) que brindó “Bolita” cuando “se quebró” y admitió su participación.
Al notar que Yésica quedó sola (desde el momento que su amiga se despidió y regresó a su domicilio) los tres decidieron esperarla un poco más adelante y tenderle una emboscada, a unos 150 metros antes de que ella pudiera llegar a su vivienda. En el momento que pasaba frente a ellos salieron a su paso desde la oscuridad. La agarraron, golpearon de forma salvaje con puñetazos y patadas y la arrastraron al interior del terreno de varias manzanas deshabitado.
Supuestamente “Bolita” no participó de la violación porque nada más ofició de “campana”. Apuntó contra su propio hermano “Tucu” y también hacia “Yaqui” como los autores. Sin embargo, este punto de su testimonio deja muchas dudas y sospechan que en realidad tuvo una intervención en igual grado que sus cómplices.
La chica sufrió ultrajes vía vaginal y anal. Resultó muy lastimada. Y como ofrecía resistencia y también gritaba mucho le taparon la boca mientras le aprisionaron la zona del cuello hasta dejarla prácticamente desmayada. “Asfixia por estrangulamiento mecánico”, arrojaría luego el resultado de la autopsia.
Tras cometer la serie de agresiones dejaron a la víctima en ese sitio, a unos 30 metros de la calle, creyéndola muerta cuando en realidad todavía estaba con vida. Antes rompieron el teléfono de ella, encontrado durante un rastrillaje.
Existe un dato muy llamativo. Yésica fue hallada poco antes de las 8 del miércoles a la vera del camino donde la interceptaron. Una mujer que iba al trabajo vio el cuerpo y avisó a la Policía.
En un primer momento se creyó que donde estaba el cadáver sería el escenario del crimen. Pero la posterior inspección en los alrededores sumado al relato de “Bolita” sirvieron para recolectar evidencia de que presuntamente la jovencita, aún malherida, alcanzó a cubrir aquella distancia arrastrándose con sus últimas fuerzas en busca de auxilio antes de morir.
El miércoles los investigadores habían demorado al ex novio de la chica, un muchacho de 18 años, e indagaron a la amiga que la vio por última vez como también a otros dos amigos con los cuales la adolescente intercambió mensajes hasta cerca de la 0:30. Ninguno de ellos, como se comprobaría después, está involucrado en el asesinato que ahora conmueve a toda la provincia.
CdR
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