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La salida de Patricia Alejandra Malgor, máxima autoridad operativa del Banco de Corrientes, sacudió a la administración Valdés.
23-08-25
En su carta de renuncia, fue contundente: «No voy a ser parte de esta corrupción».
La renuncia no solo representa un quiebre institucional, sino también una denuncia directa al corazón del poder económico provincial.
Malgor era considerada una pieza clave en el funcionamiento de la entidad bancaria estatal, con más de una década de experiencia en el sector financiero.
Según fuentes internas, la ahora exgerente general habría detectado manejos irregulares en contrataciones, desvío de fondos y presiones políticas para otorgar beneficios a sectores ligados al oficialismo.
La respuesta del Gobierno de Corrientes fue el silencio.
Hasta el momento, ni el gobernador Gustavo Valdés ni ninguna autoridad del Banco emitieron declaraciones públicas.
La falta de transparencia preocupa, y revive interrogantes sobre otras denuncias internas que en su momento fueron acalladas.
Desde distintos sectores políticos y gremiales ya se reclama una auditoría urgente e independiente sobre los movimientos recientes del Banco, así como garantías para preservar la documentación vinculada a contratos y transferencias de los últimos años.
La renuncia de Malgor se da en un contexto donde la gestión de Valdés enfrenta crecientes críticas por el uso discrecional de los recursos públicos, la precarización de servicios básicos y una administración cada vez más cerrada al control ciudadano.
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