El hallazgo del cuerpo sin vida de Rodrigo Eduardo Toloza -un joven de 18 años-, por su propia madre y un policía, flotando en el Paraná.
21-12-22
A orillas del barrio Esperanza, insólitamente no trascendió en los medios ni tampoco hubo informes oficiales al respecto.
La madre de la víctima logró recuperar el celular y ya lo entregó a las autoridades competentes para obtener información.
Serían tres los sospechosos señalados por la familia de Rodrigo. Ninguno de ellos fue citado siquiera a declarar como testigo.
Habían vendido a $800 el reloj
Lo que los investigadores toman como una muerte por ahogamiento, Belén Toloza, madre de la víctima, tiene fundadas sospechas en que se trató de un homicidio; de hecho, varios de los objetos de su hijo habían sido vendidos mientras ella aún no sabía lo que le había pasado a Rodrigo.
Hay dos hombres y una mujer bajo sospecha, pero que el fiscal del caso no llamó todavía a declarar.
"La Justicia tiene la causa dormida a la espera de que empiece la feria.
Me hicieron redactar en un papel los nombre de los sospechosos, algo que ellos ya deberían tener desde la semana pasada", dijo la madre.
"Mi hijo no se ahogó solo, sabía nadar, hacía deportes, era joven y tenía planes para su futuro.
A mi hijo lo asesinaron y tenemos sospechas de quiénes fueron, pero la Justicia no avanzó absolutamente nada sobre la investigación del caso.
Hoy (por ayer martes) fui a averiguar sobre la causa y está ‘trancada’, sólo tienen el informe forense en el que dice que mi hijo se ahogó y que estaba drogado, pero él no consumía estupefacientes, sólo estaba medicado porque a veces sufría de convulsiones", comentó a época Belén Toloza.
"A mi hijo lo encontré yo, con ayuda de la Policía que me acompañó desde que me presenté en la comisaría 15.
Antes habíamos ido a la casa de las personas que algunos testigos me marcaron como los que habían estado con mi hijo hasta último momento y resultó que la madre de uno de ellos tenía el celular de Rodrigo en su poder.
Según me dijeron, lo habían intentando vender y no pudieron.
Ya habían vendido el reloj de mi hijo a un hombre que me lo devolvió y dijo que había pagado $800 a las mismas personas que tenían el celular", expresó Belén.
"Si yo como madre pude saber todo esto en menos de 48 horas, cómo es que el fiscal del caso todavía no llamó a declarar a los sospechosos.
De hecho, uno de ellos al parecer se dio a la fuga.
Esperan que llegue la feria para cajonear el homicidio de mi hijo.
Esto es gravísimo", agregó la mujer.
La desaparición
Rodrigo salió el domingo a la siesta de su casa en el barrio San Marcos y se fue a lo de unos amigos en el barrio Esperanza.
A las 14:45 le envió el último mensaje a su mamá diciéndole:
"Estoy bien y te amo con todo lo que soy", habría escrito el chico.
Belén jamás sospechó el destino del muchacho.
"El lunes me empecé a preocupar, porque no me mandó más mensajes y una prima que vive en el barrio me preguntó si sabía algo de él, porque no lo veían desde el domingo.
Durante todo ese día averigüé si estaba detenido en alguna comisaría o en algún hospital herido, pero nada.
Fui a la comisaría 15 a las 3 de la madrugada y allí me atendió un policía de apellido Sánchez que no se despegó de mi lado en ningún momento, fue quien me acompañó a recorrer la casa de los sospechosos y finalmente me dijo para ir a ver al río, donde fue visto por última vez.
Y allí lo encontramos. Ahí se me desmoronó el mundo. No me podía mantener en pie. Estaba muerto y su rostro desfigurado, era irreconocible.
Estuvo desde hacía 48 horas allí y nadie avisó a la Policía".
Los sospechosos señalados, no solamente por la madre sino por varios testigos, serían un hombre y una mujer -ambos jóvenes y hermanos entre sí- y un sujeto que recientemente recuperó su libertad, tras estar recluido en la Unidad Penitenciaria N°1.
Varios sospechosos
Siempre en el plano de las sospechas, algunos datos extraoficiales indicaban que los jóvenes junto a Rodrigo, habían ido hasta el bajo, junto al río, en una zona conocida como "El Pasito".
Allí hubo una fiesta, bebidas de por medio, y la víctima pudo haber sido drogada sin su consentimiento.
"Uno de los sospechosos ya había colocado pastillas en las bebidas de sus amigos, drogándolos", dijo Belén.
"Mi hijo no tenía antecedentes penales, jamás robó.
Tenía sus papeles metidos en el Ejército y el año que viene debía reportarse en el Regimiento de Resistencia para comenzar la carrera militar.
Estaba entusiasmado, por lo que la hipótesis del suicidio acá no corre.
Pero sí me sorprende el desinterés de la Justicia por esclarecer el caso.
El fiscal Raúl Pasetto me dijo que escriba en un papel los nombres de los sospechosos y si pensaba que había alguien más involucrado.
Me mandó a que le pida al doctor de Rodrigo la Historia clínica, y me dijo que me apure porque empieza la feria.
Yo pensé que ese era su trabajo", concluyó Belén.
Para mañana jueves 22 de diciembre, desde las 9 de la mañana, Belén convocó a una marcha en pedido de justicia en memoria de Rodrigo Toloza, por lo que concentrarán en plaza 25 de Mayo y de allí marcharán hasta la Fiscalía de Investigación.
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