Ayer cerca de las 11,00 unas treinta personas se presentaron frente a las oficinas de la fiscalía local para pedir justicia para Gladys Campodonico.
Esta actividad estaba programada desde hace una semana aproximadamente cuando desde el grupo TPH señalaron en una sesión del Concejo Deliberante que entregarían una nota al fiscal para que investigue la situación actual del hospital Samuel W. Robinson y se informe sobre el estado de la causa vinculada con la muerte de Gladys ocurrida hace dos meses y que está caratulada como presunta mala praxis.
Si bien se había anticipado que la presencia de los manifestantes estaría enmarcada en la modalidad marcha del silencio y que no se utilizarían pancartas ni cánticos, como Glauche y sus seguidores acostumbran a exhibir, no pasó desapercibido el cartel con la leyenda "Justicia para Gladys" con que se viene reclamando desde la muerte de la joven mujer.
Llama la atención la presencia de los concejales Scattolaro y Ayala Ortíz, como parte de los que ingresaron junto a los familiares y el pastor a charlar con las autoridades judiciales y luego integrarse también al grupo de manifestantes, casi todos vinculados con la iglesia que Glauche administra y a la que pertenecía Gladys Campodonico.
Cuando los referentes salieron del despacho público, informaron sobre la causa que el fiscal Fabian Soto tiene en sus manos; manifestando que están conformes con la investigación que el funcionario judicial lleva adelante, como también que ya se cuenta con los informes sobre la necropsia realizada al cuerpo de Gladys y que se espera que el próximo día 29 declare como testigo el Dr. Vargas, médico forense del poder judicial.
También se supo que los representantes de TPH preguntaron sobre otras causas que esa fiscalía investiga y que están relacionadas con muertes dudosas vinculadas con el hospital público local.
Los manifestantes ingresaron a las 11,30 y estuvieron dentro del recinto poco más de media hora lapso en el que fuera de la oficina el resto de los protestantes esperaban las noticias en silencio, mientras que las patrullas policiales rondaban la zona en prevención de cualquier tipo de desmán.
Un operativo de seguridad implementado por el cuerpo de inspectores de tránsito municipal, cortó ambas manos de calle Vicente Mendieta entre Córdoba y Perelló, brindando mayor protección al grupo de manifestantes entre los que se encontraban algunos niños.
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