Ha llegado el momento de invertir en los adolescentes (Informe especial)

Anthony Costello, Director del Departamento de Salud de la Madre, el Recién Nacido, el Niño y el Adolescente de la OMS.

Dr. Anthony Costello. OMS
Cuando trabajaba como pediatra en un concurrido hospital de distrito del norte de Londres, pasé mucho tiempo en la «sección de adolescentes» de las plantas. Era muy diferente de lo que había en mi época de estudiante de medicina. 

Ahora los adolescentes tenían su propio espacio, con aseos apropiados, y eran atendidos por personal de enfermería con una formación especializada. La mayoría de los ingresos en el hospital estaban relacionados con la anorexia nerviosa, las autolesiones o las intoxicaciones, la salud mental o la desintegración familiar, o afecciones de larga duración, como la fibrosis quística o la quimioterapia para tratar un cáncer. 

Sin embargo, a menudo pensaba que solo se trataba de la punta del iceberg (o la oreja del hipopótamo, como se dice en Uganda) en lo que concierne al bienestar del adolescente. 

¿Recibían ayuda todos los adolescentes que la necesitaban? O por lo general, ¿seguían los adolescentes de Londres simplemente arreglándoselas solos, obteniendo información de amigos, en la web o a través de las redes sociales? 

Hay 1200 millones de adolescentes en el mundo. A pesar de representar la sexta parte de la población mundial, e incluso un tercio de la población en muchos países, los gobiernos han desatendido en general sus necesidades en materia de salud. 

Los adolescentes tienen necesidades sanitarias 

Muchos adolescentes asumen riesgos excesivos. Muchos fingen no estar interesados en la salud ni en la atención médica. Sin embargo, casi todos se preocupan en algún momento por su salud y a menudo no tienen con quien compartir sus inquietudes. 

Los datos de la OMS sobre la salud de los adolescentes pueden resultar sorprendentes. Se calcula que cada año mueren 1300 millones de adolescentes por causas que pueden prevenirse o tratarse, como traumatismos por accidentes de tránsito, el VIH, el suicidio, la neumonía y la violencia. 

Alrededor de una de cada tres niñas de 15 a 19 años han sido víctimas de violencia a manos de su novio, novia o cónyuge. Un tercio de las niñas en los países de ingresos bajos y medios se casa antes de cumplir los 18 años. 

Alrededor de 16 millones de niñas de 15 a 19 años y un millón de niñas menores de 15 años dan a luz cada año. El 80% de los adolescentes de todo el mundo —un porcentaje asombroso— no hace suficiente ejercicio; de hecho, casi tres cuartos de las muertes prevenibles de adultos debido a enfermedades no transmisibles están relacionadas con factores de riesgo que tienen su inicio en la adolescencia. 

Sin embargo, los adolescentes pueden ser sumamente ingeniosos, creativos y receptivos. Si se les involucra de forma positiva en su futura salud, los beneficios son potencialmente enormes. 

Convertir la salud de los adolescentes en una prioridad 

Con la publicación del informe de la OMS Salud para los adolescentes del mundo en 2014, la salud y el bienestar de los adolescentes han pasado a primer plano. Actualmente, las nuevas recomendaciones de la comisión Lancet sobre la salud y el bienestar de los adolescentes hacen hincapié y se basan en las medidas que hemos empezado a adoptar para velar por que los adolescentes desarrollen plenamente su potencial.  

La OMS considera que la salud de los adolescentes es una prioridad clave. 

Sabemos mucho más sobre el tema que hace 10 años, pero todavía queda mucho por hacer antes de comprender realmente qué posibilidades nos ofrecen los nuevos hábitos de comunicación para influir en la salud de una generación que domina la tecnología digital y tiene teléfonos móviles en casi todos los países del mundo. 

Tenemos que determinar cómo llegar a los adolescentes e involucrarlos activamente en programas que mejoren su salud. Debemos conseguir que los hombres y las mujeres jóvenes se impliquen juntos para racionalizar los conceptos de la masculinidad y los derechos humanos. 

Los adolescentes ocupan ahora un lugar prominente en la Estrategia Mundial para la Salud de la Mujer, el Niño y el Adolescente 2016-2030. 

En este contexto, la OMS colabora con los adolescentes y un amplio abanico de agentes para ayudar a los países a planificar, aplicar y hacer un seguimiento de una buena respuesta a las necesidades de salud de los adolescentes. 


Cuando invertimos en los adolescentes, mejoramos su salud y bienestar. Además, invertimos en el desarrollo social y económico, ya que los adolescentes de hoy son los que impulsarán el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el futuro que queremos.
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