Desde las primeras horas de la mañana los peregrinos católicos iniciaron la marcha hasta la parroquia de San Cayetano ubicada a unos seis kilómetros de nuestra ciudad, para rendir homenaje al santo de la Providencia.
Hombres y mujeres de todas las edades se aventuraron, como cada año, a una caminata de la fe, desafiando la distancia y los cambios atmosféricos en este 7 de Agosto fecha en que se conmemora la muerte de San Cayetano allá por el año 1547 en la ciudad de Nápoles Italia.
Desde el Parque Termal un grupo importante de personas salieron en procesión montados a caballo con banderas de colores y las mejores pilchas de gaucho, buscando rendir tributo el Santo del Pan y el Trabajo.
Por ruta 129 desde lejos, se podía ver la larga caravana de jinetes cabalgando al paso y buscando la bendición de Cayetano, muchos de ellos para agradecer los favores recibidos y otros para pedirle que se haga realidad la tan ansiada prosperidad y el trabajo.
Un operativo de seguridad acompañó a los jinetes durante todo el trayecto hasta la capilla, donde móviles de la Guardia Urbana, Inspectores de Tránsito en sus motos, una ambulancia y algún patrullero policial custodiaron el andar de los peregrinos. Estaciones de hidratación atendidas por personal de la municipalidad fueron estratégicamente colocadas a lo largo del recorrido, para ayudar a los caminantes y ofrecerles agua.
La capilla a las diez de la mañana estaba colmada, un mesón ubicado a la izquierda de la entrada principal, exhibía las ofrendas de los parroquianos en solidaridad con los más necesitados. La iglesia estaba impecable por dentro y por fuera el gran espacio verde a ambos lados de la misma invitaba al descanso de los feligreses caminantes que llegaban cansados por el esfuerzo.
El dispositivo de ordenamiento de tránsito logró ordenar el arribo de los visitantes que llegaban en sus vehículos de manera fluida y sin retrasos. También tuvieron su lugar los vendedores ambulantes que se instalaron sobre una margen de la calle con sus pintorescos y coloridos puestos de ventas, donde se podía adquirir desde golosinas hasta artículos regionales.
Por los costados de la Capilla, los más jóvenes ya recuperados de la caminata jugaban al fútbol, al vóley o solamente se sentaban en ruedas para tomar mates y compartir un día de reencuentro con el otro.
A las 10,30 o poco más, comenzó la misa celebrada por el obispo coadjutor Adolfo Canecín acompañado por los padres Ramón y Eduardo en una parroquia atestada de personas, tal es así que muchos participaron de la misa gracias a unos parlante ubicados afuera de la misma.
En sus palabras de bienvenida el padre Ramón Espinoza dijo "que todo debe ser un esfuerzo espiritual en donde todos anhelemos encontrarnos más profundamente con Dios de la mano de San Cayetano aquel amigo de Jesús, sacerdote que ha servido a sus hermanos en sus necesidades, fundamentalmente a los hermanos más desprotegidos y pobres y que nos ha dejado este ejemplo".
"Por eso es muy linda una expresión de un peregrino que me dice, yo ahora vengo a agradecer por todo lo que San Cayetano me ha dado, que lindo que junto con ese agradecimiento pueda venir un compromiso también de trabajar en la misma línea que trabajó San Cayetano".
"Queremos invitar a todos para que nos integremos a la santa misa que es lo que corona todos estos esfuerzos y todo este día, toda la vida de uno está coronada por la Eucaristía, la presencia del Señor. Por eso nada tendría sentido en este día si no desemboca en la misa, si no coronamos con la misa y que lindo hubiera sido que también nos confesemos y que al menos en ésta peregrinación podamos tener la plena comunión con Dios", dijo el cura.
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